Por qué nos gustan los gatos

Esa es una pregunta que alguna vez el ser humano se preguntó… y aún hoy se sigue preguntando, a veces. A fin de cuentas, es un animal independiente, solitario, que no quiere estar con las personas. Esto es lo que se ha dicho siempre, ¿verdad? Pero, los que hemos tenido la oportunidad de formar parte de la familia de alguno de ellos, y ellos de la nuestra, sabemos que no es así. No del todo.

Si todavía no tienes un pequeño felino, aquí descubrirás por qué nos gustan los gatos.

¿Por qué nos gustan tanto?

Los gatos y las personas no podemos ser más distintos: unos, a menudo esquivos, solitarios, a los que les gusta pasar desapercibidos y dedicar buena parte de su vida a dormir; otros en cambio, somos sociales, nos gusta la soledad pero a pequeñas dosis (en general), y solemos disfrutar mucho del aire libre.

Sin embargo, somos muchos los que nos enamoramos de su dulce mirada, de sus movimientos ágiles, de ese felino que, aunque nos pueda parecer lo contrario, comparte gran parte de su genética con animales como los tigres, los leones o los pumas.

¿Será precisamente eso, en última instancia, lo que nos maravilla de los gatos? Bueno, no están domesticados, o no del todo. No son como los perros, unos peludos igual de maravillosos pero que a diferencia de los gatos, siempre están dispuestos a agradar al humano. Los gatos van más a su aire.

Puedes enseñarles trucos, pero solo aprenderán si ellos quieren; si obtienen algo a cambio (una golosina, una sesión de mimos y/o una de juego).

En mi opinión, los peludos nos gustan porque…:

Tienen un carácter similar al nuestro

Es cierto. Se sabe que los animales, también las personas, nos relacionamos mejor con otros seres vivos que tienen un carácter parecido al nuestro. Si bien los gatos siguen siendo animales depredadores, que desde que nacen hasta el fin de sus días perfeccionan mediante el juego sus técnicas de caza, se parecen mucho a nosotros en algunas cosas. Quizás, las más importantes para tener una buena convivencia. Como por ejemplo:

• Si les das cariño, él te lo dará. Y si le ignoras, hará todo lo posible por llamar tu atención.
• Te saluda cuando te ve llegar, y a veces incluso te dice »adiós» -maullando- cuando te marchas.
• Se pone muy contento cuando le das una golosina -para gatos-, y mucho más cuando se le da un trocito de salmón ahumado, o de jamón york.
• Cuando lo tratas mal una vez, la relación se debilita, y la confianza se pierde. A partir de ahí, pueden pasar meses a que el gato pueda volver a sentirse bien contigo.

¿Reconoces algunos de estos comportamientos en los seres humanos?

Son nuestro mejor amigo peludo

Son divertidos, sociables, cariñosos, nos hacen reír… Y todo, solo por tener un techo donde protegerse de las inclemencias del tiempo, y los comederos llenos. Bueno, y juguetes, rascadores, bandejas de arena… Pero queremos lo mejor para ellos, por lo que el gasto económico que suponen… simplemente no es algo preocupante.

Porque forman parte de nuestra familia. 🙂

¿Qué dice la ciencia?

Este artículo no estaría completo sin saber qué es lo que la ciencia ha averiguado. Es cierto que cuando hacen estudios de comportamiento gatuno y/o de las personas que los quieren, acabamos preguntándonos algo del estilo: »¿y ahora se dan cuenta?». Y con razón.

Pero no hay que olvidar que, para lo que nosotros es de puro sentido común, para muchas personas es algo nuevo. Y es que aún hay muchas que se preguntan si los gatos tienen sentimientos o no.

Teniendo todo esto en cuenta, veamos ahora sí qué es lo que la ciencia dice.

Los amantes de gatos tienden a ser más introvertidos

En el 2010, un total de 4500 personas rellenaron un formulario que fue elaborado por la Universidad de Texas. Este estudio lo lideró el psicólogo Sam Gosling, y dividía a los encuestados entre amantes de los perros, amantes de los gatos, de los dos animales o de ninguno.

Las preguntas estaban formuladas con el fin de saber qué tendencia a ser sociables eran, si tenían la mentalidad abierta, si eran afables, y/o si solían preocuparse, entre otros. Así, el test de Golding definió a los amantes de los gatos como personas más reflexivas e introvertidas, menos estables anímicamente, pero con una mayor imaginación y una predisposición más alta a tener nuevas experiencias.

A los ‘catlovers‘ les puede gustar más la cultura

Cuatro años más tarde de que Gosling realizara su estudio, una profesora de psicología de la Universidad de Carroll, en Wisconsin, llamada Denise Guastello, realizaba el suyo propio teniendo en cuenta no solo la personalidad de los amantes de los animales, sino también su entorno.

Por ejemplo, alguien que no tiene que sacar a pasear al perro, puede dedicar ese tiempo libre a leer un libro, o a visitar museos por ejemplo. Aunque, obviamente, eso no significa que los amantes de los gatos sean más listos que los amantes de los perros, en absoluto; pero sí que los gato-adictos tienden a tener un carácter más hogareño e introvertido.

Quizás, y solo quizás, por eso hay tantos artistas y escritores, fallecidos o no, que han vivido o viven con gatos, como Jorge Luis Borges o Ray Bradbury, entre otros.

Si quieres, puedes leer el estudio aquí (está en inglés).

No me gustan los gatos, ¿por qué?

Hay personas a las que no les gustan los gatos, ya sea porque desarrollaron algún tipo de fobia hacia ellos, o porque tuvieron algún accidente, o porque simplemente, no les gustan como a cualquiera de nosotros no les puede gustar los hámsters por ejemplo.

Si es por esto último, no hay nada que se pueda hacer. Pero si es por fobia o situación traumática vivida antaño, entonces sí que sería conveniente consultar con un profesional, un psicólogo, máxime si vas a vivir con alguien a quien sí le gustan los gatos. Esto hará que la convivencia sin duda sea mucho mejor.

Así y todo, no te obligues. Es decir, las fobias no se curan de un día para otro, ni tampoco acariciando a todo gato que se te acerca. Debes ir poco a poco, a tu ritmo. Anímate a entenderlos, es probable que ello te haga sentirte mejor.

Espero que te haya sido de utilidad 🙂 .