Hoy en día los complementos alimenticios para humanos están de moda. Se venden en las farmacias, en los herbolarios e incluso en los supermercados. Pero además, cada vez es más fácil encontrar vitaminas para gatos, vendiéndose como si fuesen necesarias para ellos cuando la realidad puede ser muy distinta. De hecho, si no se utilizan bien pueden causar serios problemas de salud en nuestros amigos.
Por todo ello, es importante que conozcas los diferentes tipos de vitaminas y suplementos que hay para gatos, y en qué casos se les pueden dar sin que su salud se vea comprometida. También conviene entender cuándo no aportan valor y cómo evitar sobredosificaciones peligrosas.
¿Cuándo SÍ son necesarias las vitaminas para gatos?

Las vitaminas y suplementos alimenticios para gatos son muy recomendados si el animal se encuentra muy enfermo y/o desnutrido. Además, hay situaciones clínicas y vitales en las que el veterinario puede indicar su uso porque aportan beneficios concretos para el organismo.
- Deficiencias nutricionales confirmadas: análisis que muestran carencias de vitaminas, minerales o aminoácidos esenciales.
- Gatos en crecimiento: el desarrollo óseo, muscular y neurológico puede requerir un soporte puntual.
- Gatos mayores: las necesidades cambian; son útiles antioxidantes, condroprotectores y complejos de vitaminas B.
- Condiciones médicas: patologías renales, cardíacas, digestivas o de piel/pelo pueden beneficiarse de suplementos específicos.
- Gatas gestantes o lactantes: incremento de requerimientos de calcio, hierro, DHA y vitaminas del grupo B bajo control veterinario.
- Piel y pelaje: ácidos grasos omega-3 y omega-6 ayudan en sequedad, descamación y alergias.
- Estrés o ansiedad: probióticos y calmantes naturales pueden apoyar el equilibrio intestinal y conductual en transiciones.
- Gatos muy selectivos con la comida o en transición de dieta: apoyo para evitar déficits durante el cambio.
Ácidos grasos esenciales
Los ácidos grasos esenciales son recetados para tratar problemas de la piel y del pelo, una vez que se han descartado enfermedades subyacentes. Por ejemplo, el aceite de salmón es muy aconsejable en casos de dermatitis alérgica, pelo sin brillo o sequedad de la piel.
El ácido graso omega-3 (EPA/DHA) es también muy beneficioso, puesto que ayuda en enfermedades renales, artritis, alergias alimentarias, trastornos autoinmunes y salud cardiometabólica. Siempre debe ajustarse dosis y pureza (libre de metales pesados) con asesoramiento profesional.
Suplementos de enzimas digestivas
Son muy recomendados para tratar los diferentes problemas digestivos, como las enfermedades intestinales o la diarrea crónica, ya que contribuyen a una digestión más completa de proteínas y grasas. Pueden ser útiles tras tratamientos antibióticos o en dietas nuevas.
Suplementos de probióticos
Los probióticos son microorganismos que mejoran el equilibrio microbiano intestinal, de modo que se pueden utilizar para frenar la diarrea en los gatos. Además, son valiosos en periodos de estrés (viajes, mudanzas, cambios de alimentación) para sostener la inmunidad de la mucosa.
Suplementos conjuntos
Si tu gato padece osteoartritis, tu veterinario puede recomendarle un tratamiento con glucosamina y condroitina, y a veces mejillón de labio verde o colágeno, ya que alivian síntomas y mejoran la movilidad en gatos seniors o activos.
Vitaminas esenciales para gatos

Las vitaminas participan en funciones nerviosas, inmunitarias, metabólicas y de reparación tisular. Algunas claves que conviene conocer:
Vitamina A
A diferencia de los humanos, los gatos no convierten betacaroteno en vitamina A. Deben recibirla ya activa, por ejemplo a través de hígado (de pavo tiene alta densidad). Otras opciones son el aceite de hígado de bacalao (solo con cálculo de dosis preciso) o gotas específicas, evitando portadores alergénicos (cacahuete/soja) en sensibles. Evita excesos por su carácter liposoluble.
Vitamina D3
Los gatos no sintetizan suficiente vitamina D con el sol; la obtienen de la dieta. Pescados ricos en D3 como salmón, espadines o trucha pueden ayudar, cuidando el yodo. Alternativamente, corazones de cordero/oveja contienen cantidades interesantes. Las tabletas de D3 de farmacia requieren dosificación ajustada por un nutricionista o veterinario, porque el exceso se acumula.
Vitaminas del grupo B
La levadura de cerveza aporta vitaminas B y minerales, pero es pobre en B1, biotina y ácido fólico; para cubrir necesidades podrían requerirse cantidades elevadas poco prácticas. Un complejo de vitaminas B específico felino suele ser más equilibrado, teniendo en cuenta que algunos gatos rechazan sabores/olores intensos.
Vitamina E
La vitamina E es un antioxidante que protege lípidos y membranas. Suele venir en alimentos completos y en suplementos de omega-3 para prevenir la peroxidación. En gatos, es preferible usar formas estables (tocoferoles) en gotas, polvos o cápsulas; los aceites vegetales no son ideales como base regular. Evita germen de trigo en exceso por purinas/oxalatos.
Vitamina C
Los gatos la sintetizan de manera natural, pero un aporte puntual puede valorarse en convalecencias y estrés, siempre bajo criterio profesional para evitar molestias digestivas.
Vitamina K
Fundamental en la coagulación y con implicaciones en salud ósea. En dietas equilibradas suele cubrirse; en gatos con patologías hepatorrenales el veterinario puede ajustar su aporte.
Vitamina B12 (cobalamina)
Clave para el metabolismo celular, el sistema nervioso y la mucosa intestinal. En gatos mayores o con enfermedad intestinal crónica son frecuentes las deficiencias con letargia, pérdida de apetito y problemas digestivos; el profesional puede indicar dosis y vía de administración (oral o inyectable).
Aminoácidos esenciales: taurina
La taurina es imprescindible para corazón, retina y reproducción. Se encuentra en carnes oscuras, corazones y pescados; aun así, muchas dietas precisan suplementación para garantizar los mínimos diarios.
Minerales y oligoelementos clave
El equilibrio mineral impacta en huesos, músculos, función nerviosa y balance hídrico. Ajustar proporciones es tan importante como cubrir cantidades absolutas.
Calcio y fósforo
El calcio, con fósforo y vitamina D3, es esencial para el metabolismo óseo. La proporción Ca:P recomendada está entre 1,1–1,2:1. Puede suplementarse con cáscara de huevo en polvo, carbonato/citrato de calcio o cal de algas, considerando el calcio ya presente en la ración. El exceso de hueso puede causar estreñimiento.
Magnesio
En BARF bien formulada suele ser suficiente. Si se requiere, una agua mineral rica en magnesio puede ayudar. La espirulina es otra fuente, aunque su sabor intenso puede generar rechazo.
Potasio y sodio
Trabajan juntos en el balance celular; la proporción orientativa de K:Na es próxima a 2,1:1. El potasio solo debe suplementarse con analítica y supervisión veterinaria. Para sodio, usa sal marina o de roca pura, evitando aditivos como yodo o flúor salvo indicación profesional.
Hierro e yodo
El hierro es esencial para el transporte de oxígeno; puede aportarse con sangre fresca o en polvo. El yodo, crítico para la tiroides, se ajusta con harina de algas o tabletas si la dieta no cubre; cuidado con excesos en enfermedades tiroideas.
Cobre, manganeso, selenio y zinc
Presente en vísceras como el hígado, pero no todos los gatos aceptan riñones. Existen suplementos específicos; su uso debe ser personalizado por un asesor en nutrición felina.
¿Cuándo NO son necesarias las vitaminas para gatos?

Las vitaminas para gatos no son necesarias si se les da un pienso de calidad, es decir, sin cereales ni subproductos animales. Es cierto que son bastante más caros que los que sí llevan, pero la calidad de éstos últimos es muy baja. Además, los cereales pueden causarles alergias alimentarias, e incluso problemas en los riñones. Por ello, es muy importante leer siempre la etiqueta de los ingredientes, los cuales están ordenados de mayor a menor cantidad.
Para que veas la diferencia entre un pienso de alta calidad y una de baja, aquí tienes los ingredientes de uno y otro:
Composición de un pienso de alta calidad
Carne deshidratada de pollo (48 %), carne deshidratada de cordero (20 %), patatas deshidratadas, carne picada de pollo sin huesos (12 %), pulpa de remolacha, caldo de pollo asado, aceite de salmón, vitaminas y minerales, huevo deshidratado, celulosa de fibras vegetales (0,03 %), cloruro de sodio, carbonato cálcico, algas marinas, arándanos rojos, DL-metionina, cloruro de potasio, extracto de Yucca Schidigera, extracto de cítricos, extracto de romero.
Composición de pienso de baja calidad
Proteínas de ave deshidratadas, grasas animales, arroz, maíz, aislado de proteínas vegetales, gluten de maíz, hidrolizado de proteínas animales, trigo, minerales, pulpa de remolacha deshidratada, levaduras, aceite de pescado, fibras vegetales, aceite de soja, fructo-oligosacáridos.
Como puedes ver, en el primer caso la carne está como primer y segundo ingrediente, y no hay ningún tipo de cereal, mientras que en el segundo hay tres tipos de cereales: arroz, maíz y trigo. Si le das un pienso de alta calidad, te asegurarás de darle todos los nutrientes y vitaminas que necesita.
Además, tampoco será necesario darle vitaminas si se le da comida natural completa, como puede ser la Dieta Yum para gatos, Naku, o BARF —ésta siempre con el seguimiento de un nutricionista, ya que de no darle la cantidad suficiente de nutrientes terminaría necesitando ayuda veterinaria—. Si eliges BARF, recuerda cubrir vitamina A activa, D3 dietética, taurina y el equilibrio calcio:fósforo. En gatos de interior, no hace falta un extra de vitamina D por el sol; se cubre con una alimentación completa.
Evita usar suplementos formulados para humanos o perros; las necesidades felinas son distintas y podrías causar toxicidades. Cuando el alimento está etiquetado como completo para gatos, ya incluye el perfil vitamínico y mineral que necesitan.
El peligro de las vitaminas

Cuando se decide darle vitaminas a un gato sin consultar con un profesional, nos arriesgamos a poner en riesgo su salud. La industria de los suplementos para animales domésticos no está estrictamente regulada. Un estudio de la FDA sobre suplementos alimenticios para perros, gatos y caballos, hizo hincapié en que establecer una regulación clara es necesario, puesto que actualmente las regulaciones que abordan estos suplementos se encuentran en desorden.
Por ello, sólo se han de dar en el caso real de que exista una deficiencia o una indicación concreta del veterinario. De lo contrario, podrían aparecer problemas como osteoporosis y daño hepático por exceso de vitamina A, hemorragias, infarto o ictus por exceso de vitamina E, y alteraciones digestivas por dosis inadecuadas de vitamina C. El exceso de vitamina D puede calcificar tejidos, dañando órganos vitales.
Las deficiencias también son peligrosas: la falta de vitamina D puede causar raquitismo en gatitos y osteomalacia en adultos; la B12 insuficiente se asocia a letargia, pérdida de apetito y problemas neurológicos. Ante estos signos, el veterinario debe solicitar analíticas y pautar el suplemento adecuado (alimento enriquecido, tabletas, aceites o polvos) con dosis y duración precisas.
Recuerda que las vitaminas A, D y E son liposolubles y no se eliminan fácilmente: se acumulan y pueden alcanzar niveles tóxicos. Evita la automedicación, ajusta las cantidades al peso y situación del gato y verifica la procedencia y calidad de los productos.
Así pues, antes de comprar vitaminas para gatos, es esencial consultar con un veterinario y hacerle un análisis de sangre al animal para ver cómo se encuentra y si le son realmente necesarias. Es importante que sepas que a veces simplemente dándole una alimentación de alta calidad no importa gastarse el dinero en suplementos ni vitaminas. Una vez que empiece con esta nueva dieta poco a poco irás viendo sus beneficios, tales como pelo brillante y sano, dientes fuertes, y lo que es más importante: un mejor estado del ánimo.
Con una dieta completa y equilibrada, y la guía de tu veterinario cuando realmente haga falta suplementar, tu gato disfrutará de energía y vitalidad, y un pelaje saludable, sin asumir riesgos innecesarios por exceso o por defecto de nutrientes.