El glaucoma es una enfermedad que puede afectar a una gran variedad de animales, incluyendo personas, perros y lamentablemente también gatos. Si no es tratada a tiempo, el peludo puede acabar por perder la visión del ojo afectado.
Si tenemos en cuenta que esta parte del cuerpo es una de las más importantes para el felino, debemos de prestar atención a cualquier cambio que pueda haber para tomar las medidas necesarias cuanto antes. Por ello, te voy a decir cuáles son los síntomas del glaucoma en gatos.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es un exceso de líquido dentro del ojo. Normalmente, las estructuras internas del ojo sintetizan continuamente fluidos de manera lenta, para luego ser drenados. Sin embargo, cuando esta síntesis de fluidos se da de forma excesiva, el exceso de líquido no se drena con la suficiente rapidez de modo que se va acumulando, causando una importante presión intraocular.
Es una enfermedad que puede ser hereditaria, o bien aparecer como síntoma de otra patología como la uveítis o por un trauma en el ojo. Además, puede ser también agudo o crónico dependiendo de lo rápido con la que se desarrolla.
¿Cuáles son los síntomas?
Un gato cuyo ojo tenga o empiece a tener una acumulación de líquidos puede tener los siguientes síntomas:
- Glaucoma agudo: cambio de color en la córnea, pupila dilatada y fija, enrojecimiento del ojo y posible pérdida de visión.
- Glaucoma subagudo: córnea azulada, deterioro visual, además de la deformidad y dilatación en las pupilas y el enrojecimiento del ojo.
Pero no sólo habrá cambios en el ojo, sino también en el comportamiento del felino. La apatía, la pérdida de apetito y la depresión son signos a los que hay que prestar atención.
En caso de que sospechemos que tiene glaucoma debemos de llevarlo lo antes posible al veterinario. Allí le medirán la presión intraocular y le examinarán el interior del ojo para observar cuánto flujo de fluido hay. Si se confirma la enfermedad, dependiendo del caso te dará un colirio para reducir la presión. Cuando el daño es irreversible, optará por extirparle el ojo para prevenir infecciones.
No hay que dejar pasar el tiempo. Por el bien del propio gato, hay que llevarlo a que lo examinen al menor signo de enfermedad. El glaucoma no se cura por sí solo.