El gato, en su más tierna infancia, utiliza su boca para explorar su territorio. A esa edad, todo es nuevo para él, por lo que dedica gran parte de su tiempo a investigar cada esquina de su hogar. Sin embargo, también usa sus dientes para mordernos cuando juega, y al hacerlo nos puede hacer mucho daño aunque tenga tan sólo dos meses de edad. ¿Cómo actuar en estos casos?
A menudo, y si es la primera vez que convivimos con un felino, es probable que nos asalte la duda de qué hago si mi gato me muerde. Pues bien, hasta hace poco, y aún hoy, se optaba por gritarle o incluso pegarle, prácticas que no conseguían nada más que infundirle miedo y confusión. Pero hay otras maneras de conseguir que deje de mordernos, respetando al animal que nosotros decidimos llevar a casa.
Tan sólo vamos a necesitar paciencia y un juguete. Nada más. El gatito puede llegar a ser muy insistente, va a ponernos a prueba a diario, pero nosotros tenemos que ser aún más tercos que él, y no dejar que nos muerda, porque de dejarle lo que va a ocurrir es que cuando sea adulto continuará haciéndolo. Y entonces los mordiscos serán mucho más fuertes y dolorosos.
Así que, ¿cómo enseñar al gatito o gato a no morder? De la siguiente forma:
- Cada vez que tenga intención de mordernos, empezaremos a jugar con él con su juguete favorito (un peluche, una pelota, una cuerda…).
- En el caso de que consiga mordernos, detendremos el juego y lo ignoraremos hasta que se tranquilice. Si está en el sofá o en el cama, lo bajaremos.
Si nos muerde la mano mientras le acariciamos la barriga, la cerraremos y no la moveremos. El gato enseguida la soltará, que será el momento de sacarla tranquilamente, sin hacer movimientos bruscos.
Insisto: hay que tener mucha paciencia. Pero al final conseguiremos que deje de mordernos.