El gato persa chinchilla es un animal adorable, con una mirada encantadora y un pelaje tan suave que apetece acariciar una y otra vez. Su carácter es increíble, tanto es así que es un peludo ideal para las familias que son más bien activas.
¿Quieres saber todo sobre él? A continuación te contamos sus características, personalidad y más.
Origen e historia
Nuestra raza protagonista surgió por primera vez en 1980, cuando una gata de pelo ahumado dio a luz a una gatita de pelo plateado. Gustó tanto que al morir fue embalsamada y expuesta en el Museo de Historia Natural de South Kensington (Londres). Pero la cosa no acabó ahí: este color grisáceo en los pequeños felinos causó tanta admiración, que hasta personas como la Reina Victoria dedicaron buena parte de su vida a criar a estos felinos.
Así, a día de hoy podemos disfrutar de los persa chinchilla, y quererlos tanto 🙂 .
Características físicas
Su cuerpo es robusto, compacto y con una musculatura desarrollada. Pesa entre los 3,5 y los 7kg, siendo la hembra algo más pequeña que el macho. El pelo es semi-largo, denso y sedoso, de color blanquecino con manchas punteadas de color plata. La cabeza es redonda y grande, y sus orejas pequeñas. Los ojos son de un tono verdoso, normalmente esmeralda.
Tiene una esperanza de vida de 15 años.
Personalidad del gato persa chinchilla
El carácter de este precioso gato puede sorprender, puesto que al ser un persa no sería ilógico pensar que es muy tranquilo y poco activo; sin embargo, esto es erróneo. De hecho, necesita hacer mucho más ejercicio que el persa común.
Pero además, es mimoso y cariñoso, eso sí, solo cuando es él el que busca recibir ese tipo de atenciones. Seguro que quien comparta su vida con un ejemplar se lo pasará muy bien, ya que es muy divertido 😉 .
¿Qué te ha parecido esta raza de gato?