El gato es un animal que, por naturaleza, tiende a la independencia, lo que no significa que sea completamente solitario, pero sí muestra un comportamiento notablemente distinto al de agrupaciones sociales como la de los leones. La estructura familiar de los gatos suele estar limitada a la madre y sus cachorros, quienes, alrededor de los dos meses de vida, comienzan a independizarse. En contextos urbanos, cuando un gato pasa a convivir con humanos, aprende a adaptarse a la compañía y el afecto, pero su raíz instintiva sigue muy presente, manifestándose a través de su comportamiento territorial.
Este comportamiento se potencia tanto en el interior del hogar como en el exterior, y es la base de una de las conductas más complejas y fascinantes de los felinos: el marcaje. Marcando su entorno, el gato comunica a otros individuos información sobre sí mismo, delimita su espacio y reduce la probabilidad de enfrentamientos físicos, optimizando así su bienestar y tranquilidad. Comprender este proceso puede ayudarnos a mejorar la convivencia y prevenir muchos problemas de comportamiento en el hogar.
Feromonas felinas: la base del marcaje y la comunicación

Para entender el marcaje, es imprescindible conocer el papel de las feromonas felinas. Estas sustancias químicas son segregadas por diferentes partes del cuerpo del gato, como la orina, las heces, las almohadillas plantares y sobre todo en las glándulas ubicadas en el rostro (pómulos y mentón). Las feromonas son los auténticos «mensajes invisibles» de los gatos y permiten una comunicación compleja entre individuos, adaptada a distintos contextos sociales y ambientales.
Se distinguen varios tipos de feromonas que cumplen funciones específicas:
- Feromonas sexuales: relacionadas con el estado reproductivo, especialmente en época de celo.
- Feromonas apaciguadoras o de afecto: transmiten bienestar, calma y confianza. Se producen al frotar la cabeza contra objetos, personas o incluso otros animales.
- Feromonas territoriales y de marcaje: indican propiedad sobre un territorio u objeto. Permiten identificar límites y advertir a otros individuos de la presencia de un congénere.
Además de los tipos principales, también se ha reconocido que la acción combinada de la comunicación olfativa (marcas de olor) y la visual (arañazos, posturas) forma parte del complejo lenguaje del gato, permitiendo transmitir información relacionada con su identidad, salud, nivel de estrés y estado emocional.
¿Cómo detecta el gato las feromonas de otros animales?

La principal herramienta del gato para percibir las feromonas es el Órgano de Jacobson (también conocido como órgano vomeronasal), situado en el paladar, justo detrás de los incisivos superiores. Cuando un gato detecta un olor interesante o desconocido, realiza la característica «mueca de Flehmen» (arrugando el labio superior y elevando la cabeza), lo que le permite captar partículas odoríferas y enviarlas a este órgano especializado.
Esta capacidad le permite obtener información muy precisa sobre otros animales, determinando su sexo, estado reproductivo, salud e incluso el tiempo transcurrido desde que la marca fue dejada. Sin el órgano vomeronasal, el gato perdería la habilidad de diferenciar a machos y hembras, identificar si un congénere está en celo y, en definitiva, tendría más dificultades para evitar conflictos y organizar su conducta social.
En términos generales, la comunicación olfativa es absolutamente prioritaria en la especie felina, tal y como señalan numerosos estudios en etología. A diferencia de la comunicación vocal, que tiene un papel secundario, el olfato y el marcaje proporcionan una plataforma mucho más rica y sutil para el intercambio de mensajes entre gatos.
¿Cómo reacciona el gato ante las feromonas detectadas?

Las feromonas pueden ser volátiles (quedando suspendidas en el aire) o no volátiles (depositadas en superficies como muebles, árboles, tejidos, etc.). Las primeras son captadas a distancia, mientras que las segundas requieren que el gato se acerque a la fuente del olor para recibir la información.
Cuando una feromona es procesada por el Órgano de Jacobson, la señal se dirige hacia la amígdala y el hipotálamo, áreas cerebrales vinculadas a las respuestas emocionales y comportamentales. A diferencia del olfato convencional, que canaliza los estímulos hacia regiones de procesamiento cognitivo, la ruta de las feromonas desencadena reacciones instintivas más intensas y duraderas. Por este motivo, las feromonas pueden provocar transformaciones profundas en el estado emocional y en la conducta del gato, como aumento de la vigilancia, búsqueda de pareja o defensa del territorio.
En situaciones cotidianas, estas reacciones pueden manifestarse en forma de cambios en el estado de ánimo, variaciones en el apetito, aumento o disminución del juego, y, sobre todo, en la aparición de comportamientos de marcaje.
¿Cómo marca el gato su territorio?
El marcaje territorial en los gatos es una suma de conductas intencionadas para dejar señales visibles y olfativas, garantizando la delimitación y el control del entorno. Aunque cada individuo puede mostrar ciertas preferencias, los principales métodos de marcaje son:
- Marcaje con orina: El gato, especialmente los machos no castrados (aunque también gatas en celo y gatos castrados pueden hacerlo), orina en pequeñas cantidades contra superficies verticales. Esta conducta se llama «spray» o marcaje con pulverización. La cola se mantiene erguida y, a veces, tiembla ligeramente; la orina se expulsa en aerosol hacia la pared, muebles o cortinas. La postura y el lugar diferencian el marcaje de la micción normal: el pipí de marcaje suele encontrarse a media altura en superficies verticales, nunca en la bandeja de arena.
- Marcaje facial: El gato frota sus mejillas, barbilla o cuerpo contra objetos, esquinas, personas o incluso otros animales. De esta forma, deposita feromonas de apaciguamiento y bienestar, creando un ambiente familiar y seguro.
- Marcaje con uñas y almohadillas: Al rascar superficies, el gato deja señales visuales (rayas, arañazos) y depositan feromonas procedentes de glándulas interdigitales. Además, esto le permite estirar la musculatura y eliminar capas muertas de las uñas.
- Marcaje con heces: Menos frecuente, pero posible en situaciones de fuerte estrés o amenaza territorial. Consiste en dejar las heces sin cubrir, especialmente en los bordes del territorio, para advertir a otros gatos (conducta conocida como «middening»).
El marcaje no es únicamente territorial: también cumple funciones sociales y sexuales. Utilizando la orina, un gato comunica información sobre su identidad, estado sexual y disposición reproductiva, facilitando encuentros con hembras o disuadiendo a otros machos. En hogares con varios gatos, un marcado excesivo suele indicar competencia por recursos o presencia de estrés ambiental.

Comportamiento de marcaje en situaciones de celo y convivencia
- Hembras en celo: Pueden restregarse constantemente contra objetos y personas, y emitir maullidos insistentes. Su orina contiene feromonas particulares que atraen a los machos.
- Machos enteros: Muestran mayor tendencia a rociar orina y pueden volverse más inquietos o agresivos, sobre todo en presencia de otros gatos.
- Gatos castrados o esterilizados: Aunque la castración disminuye notablemente el marcaje, no lo elimina por completo. El marcaje puede persistir debido a competencia territorial, estrés o cambios en el entorno.
La comunicación visual también interviene en el marcaje, a través de posturas corporales determinadas y del rascado en sitios estratégicos, como los límites del territorio o las zonas de paso frecuentes.
Diferencias entre marcaje y problemas de higiene

En ocasiones, resulta difícil distinguir entre el marcaje con orina y la eliminación inapropiada (es decir, problemas de higiene). Un marcaje auténtico implica pequeñas cantidades de orina en lugares verticales o estratégicos, manteniéndose el uso habitual de la bandeja. Si el gato orina en superficies horizontales (camas, alfombras, sofás) y abandona la bandeja, probablemente se trata de un problema de higiene (rechazo de la arena, del arenero o presencia de una enfermedad).
Las causas de la micción inapropiada pueden ser:
- Factores médicos: Cistitis, infecciones, diabetes, insuficiencia renal, etc.
- Problemas derivados del arenero: Sustrato inadecuado, ubicación poco apropiada, falta de higiene, bandeja demasiado pequeña o cerrada.
- Estrés y competencia: Cambios en el entorno, llegada de nuevos animales o bebés, mudanzas, reformas, ruidos, etc.
El marcaje suele persistir aunque el gato utilice correctamente el arenero para sus deposiciones normales. Por tanto, ante cualquier cambio en los hábitos eliminatorios del gato, se recomienda consultar con un veterinario para descartar causas médicas antes de abordar estrategias conductuales.
Factores desencadenantes del marcaje excesivo
El marcaje no siempre es un problema, pero puede resultar molesto y preocupante si se da de forma frecuente o inesperada en el hogar. Algunos de los factores más habituales que desencadenan un aumento en la necesidad de marcar son:
- Competencia territorial: Presencia de varios gatos en casa, visitas externas de otros felinos, visión de gatos desconocidos a través de la ventana.
- Estrés ambiental: Cambios bruscos en la rutina, mudanzas, llegada de nuevos miembros a la familia, redecoraciones, reformas u olores nuevos en el hogar.
- Acceso a recursos insuficiente: Poca disponibilidad de bandejas, comederos o lugares de descanso para cada gato. En hogares multigato, se recomienda una bandeja por gato más una adicional.
- Experiencias negativas: Peleas entre gatos, traumas, visitas al veterinario.
- Problemas en la bandeja: Arena sucia, tipo de sustrato inadecuado, ubicación en zonas de mucho tránsito o demasiado escondidas.
Problemas relacionados con el marcaje felino y su tratamiento

Marcaje con orina en lugares inapropiados
Uno de los motivos de consulta más frecuentes en medicina felina es la aparición de orina fuera del arenero. Si bien puede ser un síntoma de enfermedad, suele deberse al marcaje, sobre todo en gatos enteros. Frente a este problema, conviene seguir los siguientes pasos:
- Castración o esterilización temprana: Realizarla antes del primer celo reduce drásticamente la incidencia del marcaje territorial y sexual.
- Revisión veterinaria: Descartar posibles patologías urinarias o sistémicas.
- Limpieza adecuada de la zona marcada: Utilizar productos específicos enzimáticos que eliminen por completo los restos de olor (evitando el uso de amoniaco o productos fuertes que pueden inducir al gato a marcar aún más).
- Identificación de desencadenantes: Observar si existe competencia por recursos, estrés ambiental o exposición a olores nuevos.
- Feromonas sintéticas: El uso de difusores y sprays de feromonas puede ayudar a reducir el marcaje y la ansiedad.
Arañazos y marcaje con uñas en objetos y muebles
El marcaje con uñas es una expresión natural y necesaria. Sin embargo, puede resultar molesto si el gato elige muebles o cortinas. Para evitarlo:
- Colocar rascadores de diferentes alturas y materiales en lugares estratégicos, especialmente en zonas de paso o cerca de ventanas.
- Presentar el rascador de manera atractiva: Usar catnip, premios o juguetes para animar al gato a utilizarlo.
- Repelentes naturales: Aplicar repelentes específicos en las zonas que no queremos que el gato arañe, especialmente mientras aprende a usar los rascadores.
- Evitar el castigo: Los gritos o castigos solo aumentan el estrés y no resuelven el problema de fondo.
El papel de las feromonas sintéticas y la gestión ambiental
La introducción de feromonas sintéticas (como Feliway) en el entorno doméstico ha demostrado su eficacia para ayudar a los gatos a sentirse seguros, reducir el estrés y disminuir la frecuencia de marcaje. Estos productos imitan las feromonas de apaciguamiento y pueden aplicarse en difusor ambiental o en spray sobre superficies marcadas. Son especialmente útiles en:
- Hogares multigato, donde se producen disputas de territorio.
- Situaciones de cambio (mudanzas, reformas, llegada de nuevos animales o personas).
- Gatos ansiosos, sensibles o que han presentado episodios de marcaje tras un evento estresante.
Además, es fundamental optimizar el entorno del gato: respetar sus rutinas, proporcionarle escondites, lugares elevados, recursos individuales (bandeja, comida, agua) y asegurar zonas de descanso tranquilas y alejadas del ruido.
Cómo diferenciar entre marcaje y otros problemas de comportamiento
Entender el motivo del marcaje es crucial para encontrar la solución más eficaz. Algunos signos y pautas de observación:
- El marcaje con orina suele dejar rastros en superficies verticales, en pequeñas cantidades y sin cubrir.
- La micción inapropiada por problemas de higiene se produce en superficies horizontales, a menudo en mayor cantidad y puede estar acompañada de eliminación de heces fuera del arenero.
- Si el gato deja de usar el arenero, revisa primero las condiciones de limpieza y la ubicación. Evita cambios bruscos en la arena o el tipo de bandeja.
- La aparición de sangre en la orina, dificultad para orinar o cambios en el apetito indican la necesidad de una revisión veterinaria inmediata.
Cuidados y prevención del marcaje felino en el hogar
La gestión del marcaje felino se basa en la prevención y en la respuesta temprana ante los primeros signos de conflicto o estrés. A continuación, algunos consejos clave para prevenir el marcaje excesivo:
- Realiza la castración/esterilización temprana de todos los gatos en el hogar.
- Proporciona suficientes recursos (areneros, comederos, bebederos, rascadores, camas) para cada individuo, evitando competencias innecesarias.
- Mantén el arenero siempre limpio, en lugares tranquilos y de fácil acceso. Utiliza arenas poco perfumadas y de textura agradable.
- Evita los cambios bruscos en la rutina del gato. Si es necesario, introdúcelos de forma progresiva.
- Limpia las zonas marcadas con productos enzimáticos y ventila bien los ambientes.
- Considera utilizar feromonas sintéticas si el gato muestra sensibilidad o tendencia a marcar en situaciones de estrés.
- Observa el comportamiento social de los gatos, interviniendo si detectas señales de conflicto entre ellos.
- En hogares con acceso al exterior, controla la presencia de otros gatos en el territorio para evitar el marcaje defensivo.
¿Cuándo consultar con un veterinario o etólogo?
Si el marcaje persiste a pesar de aplicar medidas preventivas y correctivas, o si aparecen signos de enfermedad o dolor, es imprescindible pedir asesoramiento profesional. Un veterinario realizará una evaluación exhaustiva para descartar causas médicas, y un etólogo felino puede orientar sobre pautas de modificación de conducta.
La colaboración entre tutores, veterinarios y etólogos resulta fundamental para restaurar el equilibrio emocional del gato y el bienestar en el hogar.
Curiosidades del marcaje felino y mitos frecuentes
El marcaje es una conducta natural, no un acto de venganza. Los gatos no marcan por enfado ni «por fastidiar», sino como respuesta adaptativa a cambios ambientales, estrés o competencia. La prevención, el conocimiento y la empatía son esenciales para evitar conflictos y promover una convivencia armoniosa.
Los productos de limpieza con olores fuertes (lejía, amoníaco, productos muy perfumados) pueden aumentar el marcaje, ya que el gato intentará «disimular» esos olores con su propio aroma. Es preferible utilizar limpiadores enzimáticos neutros y, tras la limpieza, favorecer ambientes con olores familiares para el gato (sus mantas, juguetes, feromonas sintéticas).
Un gato bien adaptado a su entorno marca menos, por lo que la clave reside en anticiparse a sus necesidades y proporcionarle recursos suficientes, rutinas estables y un ambiente seguro donde pueda desarrollar sus conductas naturales, incluidas las de marcaje.
El marcaje felino es una expresión de comunicación sofisticada que, lejos de ser una molestia sin sentido, tiene raíces instintivas profundas y responde a necesidades específicas ligadas a la supervivencia y la estabilidad emocional. Comprender cómo y por qué marcan los gatos no solo mejora la convivencia en el hogar, sino que también fortalece el vínculo entre humano y felino, permitiéndonos responder con empatía a sus necesidades.