Conseguir un gato feliz realmente no cuesta mucho si lo queremos y queremos que comparta su vida con nosotros. Para ello, tenemos que aceptar y (sí, también) querer la responsabilidad de cuidarlo.
Pero, ¿qué tenemos que hacer para lograr que su estado de ánimo sea bueno?
Un gato no es un capricho (o no debería serlo)
Tener un animal de compañía nunca debería ser un capricho ni una moda. Él estará contigo porque así lo has decidido, de modo que desde el primer momento en que el animal, en este caso el gato, entra en la vivienda va a depender de ti para satisfacer todas sus necesidades, tanto físicas como psicológicas durante toda su vida, la cual puede durar unos 20 años.
Es cierto que nunca se puede saber lo que va a ocurrirnos a lo largo de 20 años, pero si queremos un gato tenemos que estar dispuestos a asumir los riesgos y/o problemas que puedan surgir.
Cuidar de un gato, mucho más que alimentarlo
Tener un gato no sólo requerirá alimentarlo, darle agua y un techo donde protegerse. Se suele pensar que este animal tan sólo necesita eso, pero no es así. Un gato puede ser tan o más dependiente del humano que un perro, con la diferencia de que si le haces daño al felino, te va a costar mucho más recuperar su confianza. Esto es algo que tienes que tener muy en cuenta antes de adoptar o adquirir uno.
La relación humano-gato es una relación de iguales. Si lo tratas bien, con cariño, será eso lo que él te dé. Por ello cada día debes de hacerle compañía, es decir, cogerlo en brazos, acariciarlo, jugar con él varios ratitos de 5 minutos de duración cada día, y hablarle (sí, sí, también le puedes hablar. Puede que no te entienda al 100%, pero observando tu lenguaje corporal y escuchando tu voz, poco a poco sabrá lo que le quieres decir).
Sólo así podrá ser un gato feliz.