Cuando tenemos un gato al que hemos decidido no castrar, durante una o incluso varias veces al año, observaremos cambios notables en su comportamiento. Las hembras, por lo general, se vuelven mucho más cariñosas y demandantes de atención, mientras que los machos tienden a marcar territorio con mayor frecuencia, incrementan su maullido característico y pueden volverse más territoriales o incluso antisociales.
El conocimiento sobre los distintos comportamientos asociados al celo es crucial para comprender cómo afecta este periodo a los gatos, lo que te facilitará reconocer cuándo tu mascota está pasando por esta etapa. En este artículo, te lo explicaremos en detalle para ayudarte a cuidar a tu amigo felino durante estos momentos.
¿Cuándo alcanzan la madurez sexual los gatos?
La madurez sexual en los gatos puede aparecer más temprano de lo que podríamos imaginar. En las hembras, ocurre a partir de los 5 o 6 meses de edad, aunque algunas pueden entrar en celo ya a los 4 meses. Por otro lado, los machos generalmente alcanzan esta etapa a partir de los 6 o 7 meses, aunque esto depende de factores como la raza, el peso y la exposición a luz natural.
Los ciclos de celo en las hembras están muy influenciados por las estaciones y la cantidad de luz solar. Es común que los gatos que viven en climas cálidos o reciben mucha luz artificial puedan experimentar celos durante todo el año. Gatas como el Siamés, por ejemplo, pueden tener hasta cuatro periodos de celo al año, mientras que la mayoría de las razas experimentan solo dos.
Si decides que tu gata tenga descendencia, es fundamental esperar al menos al primer año de edad, cuando no solo sus órganos sexuales estarán completamente desarrollados, sino también su físico en general. Esto reduce riesgos asociados con el embarazo en edades muy tempranas.
Fases del periodo de celo
El ciclo reproductivo de las gatas está formado por cuatro fases principales, cada una con características específicas que afectan tanto su comportamiento como su fisiología.
- Proestro: Esta fase inicial del ciclo dura entre 1 y 3 días. Durante este tiempo, la hembra empieza a emitir feromonas que atraen a los machos, aunque aún no está lista para aparearse. Es común que se muestre más cariñosa, emita maullidos suaves y frote su cabeza contra objetos.
- Estro: Es la fase en la que la gata está plenamente receptiva al apareamiento. Su duración puede variar entre 2 y 6 días, aunque en casos excepcionales puede prolongarse hasta 12 días. En esta etapa, las gatas suelen maullar de manera insistente, adoptar la postura de lordosis (arqueando la espalda y levantando la cola) y buscar activamente escapar al exterior.
- Interestro: Este periodo de descanso entre dos celos consecutivos puede durar entre 8 y 15 días. En caso de que la gata no haya ovulado, el ciclo se reinicia rápidamente.
- Anestro: Es la fase de inactividad reproductiva que ocurre principalmente durante el invierno o cuando no hay suficiente exposición a la luz solar. En gatos domésticos con acceso a luz artificial, esta fase puede no ser tan marcada.
Comportamiento de los gatos machos en celo
Los machos, a diferencia de las hembras, no tienen ciclos de celo. Sin embargo, están siempre receptivos al apareamiento, especialmente cuando detectan a una hembra en celo en su entorno. Esto ocurre gracias a su desarrollado sentido del olfato y su capacidad auditiva para captar los maullidos característicos de las hembras.
Los gatos machos no castrados suelen mostrar comportamientos específicos en esta etapa, como:
- Marcaje con orina: Este hábito, además de ser molesto por el olor penetrante, es la manera en que el gato señala su disponibilidad reproductiva y marca su territorio.
- Aumento de los maullidos y alaridos: Estas vocalizaciones persistentes y fuertes son un intento de atraer a las hembras cercanas.
- Vagabundeo: Los machos tienden a explorar más allá de su territorio habitual, lo que incrementa el riesgo de peleas con otros gatos y accidentes.
- Conducta territorial: Ante la presencia de otros machos, es común que se produzcan peleas que pueden resultar en lesiones graves.
Consejos para manejar el celo en gatos
El celo puede ser un periodo complicado tanto para los gatos como para sus dueños. Aquí tienes algunas recomendaciones para lidiar con esta etapa:
- Evita que el gato se escape: Durante el celo, tanto machos como hembras buscan activamente salir de casa para aparearse. Asegúrate de mantener las puertas y ventanas cerradas y revisa posibles vías de escape.
- Atención y juegos: Proporcionar mayor atención y mantener al gato mentalmente estimulado puede ayudar a reducir el estrés asociado al celo. Juegos interactivos y juguetes para gatos son una excelente opción.
- Consulta al veterinario: Si los comportamientos propios del celo se vuelven intolerables, considera la posibilidad de esterilización o castración. Este procedimiento no solo elimina el celo, sino que también tiene beneficios para la salud del animal.
- Controla el marcaje: En caso de que el gato esté marcando el territorio en casa, utiliza productos enzimáticos para neutralizar el olor y reducir la probabilidad de que vuelva a hacerlo.
Además, existen productos específicos como feromonas sintéticas o suplementos que ayudan a reducir la ansiedad y el estrés en los gatos durante el celo. Consulta con tu veterinario para elegir la mejor opción para tu mascota.
Entender el comportamiento de los gatos durante el celo es esencial para garantizar su bienestar y el tuyo. Si bien puede ser un periodo desafiante, con las medidas adecuadas y, en algunos casos, acudiendo a la esterilización, se puede llevar una convivencia armónica y saludable con los felinos.
Como ya he dicho en muchos comentarios, tengo 9 gatos, la madre y sus hijos (3 son adoptados de otra gata que tuve).
La madre tiene rasgos siameses, o viendo a la hija, más bien balineses. Ambas muy activas sexualmente. A la madre casi le duran más los periodos de celo que los de descanso, y la hija va por el mismo camino.
La hija con rasgos balineses, preciosa y muy, muy tranquila, con cinco meses ya estaba en celo. Por suerte ésta, la hija, no maúlla solo hace un «ru-ru» gutural muy suave, no como la madre que se hace notar…
A ambas las montan los 3 hijos machos que hay ¡Con sólo cinco meses! Por un lado, pues las «consuelan» y no «molestan» por lo menos la madre, pero por otro lado, no sé, tampoco es cuestión de que la casa parezca un burdel gatuno…
Las otras 4 hembras de 5 meses todavía no dan muestras de celo.
El veterinario, me dijo y re-dijo que no era conveniente castrar a los machos hasta los 8 meses… espero que sea correcto…
Yo cometí el «error» de dejar criar a mis 2 gatas para «contentarlas» pensando que luego sería fácil, dar los gatitos, quizás podría quedarme con alguno…
Pero la realidad es que al final no he podido dar ninguno. No he tenido valor. Son tan bonitos…!!! Y ahora como quiero mantenerlos bien, pues a correr con los gatos, digo con los gastos.
Y es que es difícil resistirse. Ahora estoy escribiendo, y el blanco y negro, al que llamamos Yin-Yan, aunque sea hembra, está por aquí, mordiéndome la barbilla para que la acaricie, jugando con el collar, intenta atrapar las pecas del cuello… etc. no para.
Al fin he conseguido que se acurruque en el escritorio entre mis brazos, al menos descanso un rato de apartarlo para que no pise el teclado… o cace el cursor en la pantalla. El otro día uno pisó el botón del PC haciéndome perder lo que estaba a punto de acabarrrr
Y aún así, no nos sobra ni uno solo. 🙂
Hummmm que almohada reposa-cabezas, relajante y calentita más agradable… rru-rru rru-rru rru-rru
Sí 🙂 . Son el mejor relajante que hay.
Lo de los 8 meses… No sé, yo te puedo decir que siempre he llevado a castrar a mis gatos a los 6 meses, fuesen hembras o machos, y no ha habido ningún problema. A Benji lo llevé con 5 meses, pues empezó a querer salir al exterior muy pronto. Y… me encantan los gatitos, pero a veces hay que saber cuándo parar. En mi caso, 3 es el número perfecto. Bueno, y los de la colonia felina, que son 6 y hace poco vi a uno nuevo 🙂 .
Pero vaya, que si todos se llevan bien entre ellos, y los humanos pueden hacerse cargo de los gastos… estupendo.
Por cierto, te olvidas del masajista gratis jejeje