Cómo enseñar a un gato a bajar las escaleras

Gato naranja bajando las escaleras

Cuando pasamos a convivir con un gato joven, o si hemos criado a uno con biberón, llegará el día en el que nos daremos cuenta de que poco a poco se vuelve más autónomo, de que ya no depende tanto de nosotros para moverse por la casa. El día en el que aprende a bajar las escaleras.

Si bien es algo que aprende solo, no es menos cierto que más de una vez tropieza y/o se cae, así que, ¿por qué no ayudarle? Sepamos cómo enseñar a un gato a bajar las escaleras.

¿Cuándo se puede empezar a enseñarle?

Antes de nada, tenemos que esperar a que tenga la edad adecuada, ya que evidentemente un gatito de apenas tres semanas no habrá crecido lo suficiente para poder comenzar a aprender a bajar las escaleras. Pero no tendremos que esperar mucho más: con dos meses o, incluso, un poquito antes (7 semanas) es buen momento para quitar la barrera de protección y dejar que recorra todos los rincones del hogar.

Una vez que las cumpla, podremos animarle a subir y bajar de los sitios.

¿Cómo enseñarle a bajar de las escaleras?

Para poder bajar y subir escalones es muy importante que el gatito sepa que vamos a estar a su lado, pero que sólo actuaremos en caso de ser necesario. ¿Qué quiere decir esto? Que si está sano y no corre peligro alguno, lo único que haremos será animarle a … subir, no las escaleras, sino al rascador.

Es mejor primero enseñarle a subir y bajar de los objetos que más o menos ya conoce, pues así se sentirá más cómodo. Así que, pondremos una golosina encima del rascador, en su parte más baja, y le animaremos a subir. Otra opción es mostrarle la golosina, y dirigirlo hacia dicha zona. Después, haremos lo mismo pero a la inversa, hacia el suelo.

Ahora, lo dirigimos hacia la segunda zona más alta del rascador, le damos su premio cuando llegue, y volvemos a hacer lo mismo en sentido contrario. Le damos otra golosina.

Durante unos días, repetimos estos pasos hasta que veamos que sube y baja de él sin problemas. Luego, será el momento de hacer esto mismo pero en las escaleras. Claro que, esta zona del hogar puede ser peligrosa, de modo que tendremos que estar muy pendientes del gatito y situarnos no más de un escalón abajo lejos de él.

Cuando estemos en posición, le mostraremos una golosina y le animaremos a bajar. Lo más probable es que tenga muchas dudas, pero por propia experiencia te puedo decir que hablando con él, en un tono de voz alegre, le ayudamos mucho a sentirse con la seguridad necesaria para bajar. Una vez lo haga, le damos su merecida golosina, y bajamos otro escalón. En cuanto él haga lo mismo, le volveremos a dar otra. Repetimos estos pasos hasta que hayamos bajado las escaleras.

Para enseñarle a subirlas, tenemos que seguir estos pasos pero en sentido contrario.

Precioso gato en las escaleras

Hay que recordar siempre que es normal sentirse muy inseguro cuando aprendes algo, pero no lo aprenderías si no tuvieras la oportunidad de tener confianza en ti mismo. Esto es lo que hay que tratar de transmitir al gatito con palabras bonitas y alegres, caricias y alguna que otra golosina para que poco a poco, aprenda a bajar los escalones. No es difícil, de hecho lo más normal es que en el transcurso de un par de semanas lo aprenda, por lo que más pronto que tarde escucharemos un sonido que hasta ahora no lo había: el de las pisadas de nuestro querido gato corriendo por las escaleras 🙂 .


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