Cómo despedirme de mi gato

Gato viejo con su humano

El gato, por mucho que nos duela, tiene una esperanza de vida mucho más corta que la nuestra. Con suerte, puede vivir 20, 25,quizás, 30 años, pero no más. A partir de los 10 años puede mostrar síntomas de cualquier enfermedad propia de la vejez, como dolor en sus patas, pérdida de audición, o debilidad muscular.

Desde el primer momento que el animal entra en casa, tenemos que ser conscientes de esto para poder aprovechar al máximo cada momento, cada segundo que estamos con él. Así, no sólo le daremos una vida feliz, sino que él también nos dará los mejores años de nuestra vida. Pero, ¿cómo despedirme de mi gato? No es nada fácil, pero vamos a intentar ayudarte.

Tener un gato en casa es tener a un amigo, a un compañero, a alguien que te da mucho cariño y diversión, momentos de ternura y confianza que te enternecen el corazón y te hacen ver que la vida puede ser muy bella. Cuando llega el momento de decirle adiós, es muy difícil.

En nuestra mente nos pueden surgir mil y una preguntas: ¿por qué tiene que irse?, ¿estaré haciendo lo correcto?, ¿realmente no puede vivir más tiempo?,… Es muy posible que notemos un vacío enorme en el pecho, como si nos estuvieran arrancando una parte de nosotros. Puede ser un momento muy, muy duro.

Pero tenemos que afrontarlo y salir adelante. ¿Cómo? Lo más importante es hablar con alguien del tema, ya sea familiares y/o amigos. Necesitamos a alguien que, al menos, nos escuche. Sin juzgar, simplemente que estén ahí.

Durante el último día de vida del gato, tenemos que hacer todo lo posible para que sea lo más feliz posible. Si podemos, lo llevaremos a casa donde le daremos una última lata (comida húmeda) y mucho cariño; y si no podemos, lo haremos igualmente 😉 . Es importante evitar que nos vea llorar, ya que lo ideal es que nos vea bien, tranquilos.

Tras la eutanasia, tenemos que exteriorizar las emociones. No es bueno guardar las lágrimas ni el dolor para nosotros, tenemos que sacarlo. Independientemente de la edad que tengamos, si queremos superarlo primero tendremos que desahogarnos. Llorar. Gritar si es necesario. Ésta es la mejor terapia que podemos darnos: escuchar nuestro cuerpo, y sacar todo dolor que sintamos.

Poco a poco, con el paso de los días o semanas (cada persona necesita su tiempo. No forcemos la situación) iremos notando que nos vamos sintiendo algo mejor.

Sólo cuando hayamos vuelto a nuestra rutina diaria, cuando las heridas hayan cicatrizado, podremos preguntarnos si estamos preparados o si queremos abrirle las puertas a otro gato. Pero, insisto, hay que esperar a llegar a este punto, pues cada gato es único y, por lo tanto, insustituible.

Gato dándole la pata a un humano

Los gatos son animales que se hacen querer mucho. Despedirse de ellos es lo más complicado que probablemente haremos nunca, pero tenemos que saber que siempre podremos tener la oportunidad de acoger a otro peludo.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.