Hay quien dice que los animales de cuatro patas pueden llegar a ser tremendamente agradecidos. Pocos podrían pensar que uno de esos peludos es un gato, es decir, un felino el cual durante siglos se había creído que era un ser independiente al que no le gustaba pasar mucho rato en compañía de nadie.
Qué equivocados hemos estado. Una prueba de lo agradecido que llega a ser el Felis catus es Rademedes, un precioso gato negro que ayuda a los animales enfermos a sentirse mejor, al igual que hicieron los veterinarios con él.
Rademedes es un gato negro que ahora vive feliz en un refugio para animales en Bydgoszcz, en Polonia, donde dedica su tiempo a ayudar a los demás peludos, acurrucándose cerca de ellos, haciéndoles compañía, masajes… y hasta los acicala para que estén limpios, lo cual les ayuda a recuperarse mejor y más rápido.
Sin embargo, hoy no estaría vivo si no fuera porque los veterinarios del refugio decidieron no hacer caso a su anterior dueño, y tratar de luchar por su vida. Lucyna Kuziel-Zawalich, una de las personas que cuidan de él, dijo en una entrevista para TVNMetro:
Rademedes llegó al refugio a finales de septiembre y octubre (del año 2014). Su dueño anterior lo trajo al refugio para acabar con su sufrimiento, ya que su idea era que lo pusiéramos a dormir para siempre. Tenía menos de dos meses y la infección ya había alcanzado el tracto respiratorio superior.
Gracias a los cuidados que le proporcionaron, este adorable peludo consiguió, no sólo salir adelante, sino también sorprender a todos los profesionales que lo ven a diario y a todos sus pacientes, quienes seguro que agradecen tener un poco de compañía mientras están convalecientes.
La historia de Rademedes es una de las más bonitas que se han escuchado en los últimos tiempos, ¿no te parece?
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