Qué hacer cuando un gato ataca con frecuencia

Gato enfadado

¿Qué hacer cuando un gato ataca con frecuencia? Esta es una pregunta que, en realidad, no tendría que formularse, o al menos, no exactamente así. Y es que hay que partir de la base de que este es un animal que no ataca a menos que se sienta amenazado, o que sienta dolor en alguna parte de su cuerpo.

Si muerde y/o araña habría que preguntarse qué es lo que se le está haciendo y, también, cómo se le ha estado educando. Un gato no es un perro, pero no es difícil encontrar a personas que juegan con sus peludos de manera brusca… lo cual es un error.

¿Por qué un gato puede atacar con frecuencia?

El gato es un felino que siempre que puede se aleja de la tensión, del ruido. Es, por lo general, inseguro y muy asustadizo. Si ataca con frecuencia es porque algo se está haciendo mal, o porque le ha pasado o le pasa algo, como por ejemplo:

  • Tiene dolor en alguna parte
  • No se juega con él de la manera correcta (es decir, con juguetes y no con las manos)
  • Siendo cachorro se ha dejado que muerda y/o arañe
  • Ha sido (o es) víctima de malos tratos
  • Vive en un ambiente tenso
  • Es un gato feral, asilvestrado o semi-asilvestrado encerrado en una casa (estos animales tienen que tener acceso al exterior, pues de lo contrario no vivirán felices nunca)

¿Qué hacer para que esté bien?

Bueno, lo primero y más importante es llevarlo al veterinario para que le haga un chequeo, ya que podría estar enfermo. A partir de ahí, habría que ir descartando posibles causas hasta dar con la acertada. Desde luego, si está siendo maltratado y tenemos pruebas de ello, hay que denunciarlo; pero si lo que pasa es que hemos adoptado a un gato que ha sido maltratado, lo más aconsejable es pedir ayuda a un etólogo felino que trabaje en positivo: él nos dará una serie de pautas que debemos seguir para que el felino pueda recuperar su autoestima.

Si lo que pasa es que, simplemente, hemos dejado que nos ataque siendo cachorro o hemos jugado con él de forma brusca, ahora tendremos que hacer lo que tendríamos que haber hecho en su día: enseñarle a no morder y a no arañar. Para ello hay que armarse de paciencia, y tener siempre a mano un juguete (en estos casos, lo ideal es un caña para gatos). Hay que jugar con él tres veces al día durante unos 20 minutos, y mantener las manos lo más lejos posible de su boca y patas durante la sesión.

Otra posibilidad es que hayamos traído a casa un gato salvaje o semi-salvaje. Este animal huye de las personas, se mantiene escondido debajo de los muebles, y no quiere contacto con los humanos. Y sí, si lo intentas tocar, y ya ni digamos coger, se enfada porque se siente amenazado. Esto no es vida ni para él ni para las personas. Si es semi-salvaje, es decir, si se ha criado en casa pero desde muy cachorro le gusta estar más en la calle que en la vivienda, entonces puede ocurrir que acepte algunas caricias, pero no hay que tenerlo encerrado. Y el salvaje directamente tiene que estar siempre en el exterior, ya sea en un recinto grande (de varios cientos de metros) con refugio y comida, o en una zona segura donde haya más gatos.

Ayuda a tu gato

Espero que te haya sido de utilidad, pero recuerda que en los enlaces tienes más información.


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