El gato es un animal tan limpio que, cuando no hace sus necesidades en su baño particular, nos resulta tan extraño y curioso que, en lo primero en lo que pensamos, es en que quizás está disgustado con nosotros, aunque en realidad, estaremos dando por sentado algo que no es cierto.
Y es que el felino tan sólo nos está tratando de comunicar un mensaje. Una vez que sepamos cuál es, sabremos por qué mi gato no hace sus necesidades en la arena.
Todos sabemos que el gato no es capaz de expresarse con un lenguaje oral tan desarrollado como el nuestro. Tan sólo puede maullar y ronronear. Pero su lenguaje corporal es muy rico, y es precisamente esto en lo que tenemos que fijar nuestra atención cuando queramos saber qué le ocurre. Así, si por ejemplo tiene la cola bien levantada moviéndola de un lado a otro poco a poco, y nos mira con esos dulces y maravillosos ojos, sabremos que nos está diciendo que confía en nosotros. Pero, ¿cómo saber el motivo por el cual no hace sus necesidades donde toca?
Para ello, lo primero que tenemos que averiguar es cómo está de limpia su bandeja. Si está sucia, no hará sus necesidades en ella. Por este motivo, es importante que quitemos las heces y los orines al menos una vez al día, más si convives con varios gatos. Además, si está cerca de su comedero o en una habitación donde pasa mucha gente, tampoco va a tener ganas de utilizarla, ya que no se va a sentir nada cómodo.
Si una vez que hemos hecho los cambios pertinentes el gato sigue sin usar su arenero, entonces tendremos que empezar a preocuparnos… por su salud. Por ello, habrá que observar la orina y las heces, puesto que si hay restos de sangre lo más probable es que tenga una infección que debe ser tratada por un profesional veterinario.