Los cables del hogar…, ese peligro para los gatos y sobre todo para los gatitos, quienes son más propensos a morderlo… bueno, todo. Uno de los mayores peligros que tienen nuestros amigos en casa es el cableado eléctrico, pero claro, no podemos prescindir de ellos, así que, ¿qué hacer para mantener protegidos a los peludos?
Para ello, te contaremos por qué mi gato muerde los cables, y te ofreceremos una serie de consejos y trucos que te serán de utilidad para que no tengas que preocuparte más por este tema.
El cable, ese juguete tan atractivo…
Es así. El cable es largo, delgado, pesa muy poco y tiene la resistencia perfecta para calmar la molestia que causan unos dientes en desarrollo. Es, en este aspecto, muy similar a las cuerdas, sólo que éstas se pueden romper con facilidad (y, cierto, no son peligrosas). El gatito disfruta mordiendo todo lo que encuentra, pues no se trata sólo de morder y ya está, sino también de explorar su territorio que es algo que hace todos los días.
Podríamos pensar que llegará un momento en el que ya sabrá dónde está cada cosa, pero el gato no es así. El gato cuando crezca continuará explorándolo todo, y eso significa que si hay un cable nuevo lo irá a, como mínimo, olisquear.
…y peligroso
Del mismo modo que no dejamos que los niños pequeños se acerquen a los enchufes, tampoco hay que dejar que los gatos se acerquen a éstos ni a los cables. El peligro es real. Si muerde un cable que está enchufado, se electrocutará y su vida podría correr un serio peligro. Por ello, hay que tomar las medidas necesarias para que esto no ocurra. ¿Cuáles son esas medidas? Las siguientes:
- Mantén ocultos los cables por detrás de los muebles.
- Proteger los cables con tubos de PVC.
- Desenchufar, a ser posible todos, los cables de la casa cuando no estéis y cuando durmáis.
- Juega con tu gato a diario, 2-3 veces al día durante 5-10 minutos. Un gato cansado es un gato feliz que no tendrá tantas ganas de morder los cables.
- Ordena el cableado con bridas, velcro y canaletas; evita las “madejas” de conexiones y no sobrecargues alargadores.
- Usa fundas protectoras (espiral, corrugadas o cajas para regletas) y, si puedes, elige cables con funda textil/nylon menos atractiva para morder.
- Aplica repelentes de sabor amargo seguros (por ejemplo, con Bitrex) sobre el aislamiento externo; reaplica periódicamente.
- Vigila los cables temporales (aspiradora, secador, luces decorativas): no permitas el primer juego con ellos.
- Coloca sensores de movimiento en zonas de riesgo para interceptar el comportamiento y redirigirlo.
Protege a tu gato de los cables para evitar problemas.
Por qué tu gato muerde los cables: causas frecuentes
Instinto de caza: los cables se comportan como presas alargadas y flexibles (piensa en una serpiente o una cola). Cualquier movimiento, vibración o balanceo puede activar su impulso depredador.
Textura y grosor: muchos gatos muestran preferencia por cables delgados y gomosos frente a los más gruesos o con funda de tela/nylon. Los de 4-5 mm y los de regleta suelen resultar menos atractivos; los muy finos (p. ej., de auriculares o cargadores) son más tentadores.
Dentición y alivio oral: en gatitos, la presión sobre el aislamiento puede ayudar a calmar encías; en algunos adultos el hábito persiste porque morder les resulta autorreforzante.
Curiosidad, aburrimiento o estrés: la falta de reto ambiental conduce a explorar y a manipular objetos prohibidos. También puede existir pica o molestias dentales; si sospechas esto, consulta con tu veterinario.
No hay evidencia concluyente de que la electricidad “los atraiga”, pero zumbidos de alta frecuencia, calor o vibraciones de algunos dispositivos pueden aumentar la curiosidad.
Enriquecimiento y juego que sí funcionan
Proporciona rascadores y superficies para trepar y esconderse; rota los juguetes para mantener la novedad y programa varias sesiones de juego breve cada día.
Evita el puntero láser: al no poder “atrapar” nada, aumenta la frustración y puede potenciar la necesidad de morder objetos reales como cables.
Refuerza con premios cuando ignore cables y elija sus juguetes. La constancia es clave para que no se consolide el hábito.
Si aparece un cable nuevo o temporal, redirígelo de inmediato hacia una alternativa atractiva antes de que “pruebe” ese cable por primera vez.
Protecciones físicas y repelentes seguros
Oculta y agrupa con canaletas, pasacables de escritorio, bridas y velcro. Las cajas para regletas mantienen fuera de la vista los enchufes y evitan “madejas” tentadoras.
Coloca fundas en espiral o corrugadas en cables delgados (auriculares, cargadores). Prioriza cables con funda textil/nylon, menos agradable para morder.
Aplica sprays de sabor amargo (con Bitrex) aptos para mascotas sobre el aislamiento externo; productos tipo “Bite Stop” son prácticos si los reaplicas de forma regular. Prueba antes en una zona poco visible y no uses sustancias irritantes.
Recuerda que la protección física no sustituye al juego ni al entrenamiento: es una barrera, no la solución única.
Cuando no uses un equipo, desenchufa; además de seguro, reduce la tentación y el riesgo eléctrico.
Entrenamiento y conducta: qué hacer y qué evitar
Distracción y redirección: di “no” de forma calmada, retira el cable y ofrece un juguete que pueda morder. Recompensa cuando elija la alternativa.
Coherencia y límites: sé tajante desde el primer intento con cables temporales (aspiradora, secador, luces); no permitas “solo esta vez”.
Refuerzo positivo, nunca castigos: los gatos aprenden con premios y calma; los castigos generan miedo y empeoran la conducta.
Supervisión inteligente: sensores de movimiento te ayudan a “pillarle” in fraganti y corregir siempre a tiempo, acelerando el aprendizaje.
Consulta veterinaria si hay ingestas, lesiones, ansiedad marcada, signos de pica o problemas dentales.
Cables ordenados y protegidos, juego adecuado, límites claros y refuerzo positivo forman la combinación más segura para que tu gato deje de fijarse en el cableado y toda la casa gane en tranquilidad.