A lo largo de la vida de un gato va a caer enfermo alguna que otra vez. Por mucho que le proporcionemos todos los cuidados que necesita, lamentablemente nunca podremos protegerlo del todo contra los microorganismos que causan enfermedades.
Por eso, seguramente alguna que otra vez nos preguntemos por qué mi gato estornuda mucho. Si sospechas que tu peludo no se encuentra bien, a continuación te explicaremos cuáles son las posibles causas.
Antes de entrar en materia, es importante saber que los gatos, al igual que los humanos, estornudan de tanto en cuando para descargar la materia de la nariz que le está provocando molestias. Pero si además de este síntoma tiene secreciones acuosas en los ojos y nariz, se ve triste y/o está perdiendo el apetito, será el momento de llevarlo al veterinario. Sepamos cuáles son los motivos por los que un gato puede estornudar mucho.
Alergias
Si tu gato tiene alergia a algo, ya sea polen, polvo, u otros alérgenos, estornudará para tratar de librarse de aquello que le causa el picor. Para saber con seguridad si la padece o no, lo más aconsejable es llevarlo al veterinario. Si finalmente se confirma tu sospecha, con medicamentos antihistamínicos recetados por un profesional el peludo podrá hacer vida normal.
Bacterias
Por lo general, las infecciones respiratorias están causadas por virus, pero a veces pueden estarlo por bacterias, como la clamidia o la bordetella. Son muy contagiosas, y se transmiten a través del contacto físico. Si no se tratan, puede desarrollar una neumonía, la cual puede ser mortal. El veterinario recetará antibióticos y te aconsejará mantener aislado al gato enfermo hasta que mejore.
Virus
Hay varios, como el herpes felino y el calicivirus, que pueden causar estornudos. Éstos se transmiten de un gato a otro por contacto directo a través del aseo, por el intercambio de alimentos y por los estornudos. Son enfermedades muy comunes en gatos que viven en el exterior, pero afortunadamente se pueden prevenir con una vacuna.
Si sospechas que tu gato no se encuentra bien, si ha empezado a hacer cosas que no hacía, o si ha cambiado su rutina, no dudes en llevarlo al veterinario.
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