Por qué mi gata rechaza a sus crías

Gatito bebé

Las mamá gata en estado natural son unas estupendas cuidadoras, incluso si es la primera vez que tienen crías. Las mantienen limpias, bien alimentadas, y sobretodo, controladas. Antes de alejarse para ir a cazar, las deja en un rincón escondido que sirve de guarida, lejos de los posibles depredadores.

Sin embargo, cuando estos animales empezaron a vivir con nosotros en nuestras casas tuvieron que adaptarse. Si la gata se queda embarazada, dedicará gran parte de su tiempo a buscar el mejor sitio donde pueda dar a luz y, cuando lo encuentre, no se moverá de ahí nada más que para ir a hacer sus necesidades y comer. Los sucesos inesperados a veces ocurren, por lo que es importante saber por qué mi gata rechaza a sus crías.

La gata está preparada genéticamente para cuidar de sus pequeños. Es algo que hará por instinto. Ya desde el primer instante en el que ve a sus bebés quiere cuidar de ellos, a menos que surja algún problema.

Embarazo tranquilo, parto feliz

Para saber por qué mi gata rechaza a sus crías hay que recordar cómo fue el embarazo y cómo lo llevó ella. No me refiero sólo a cómo estuvo de salud, sino también a si pudo estar tranquila. Y es que la realidad es que cuando sabemos que va a haber gatitos en casa hay muchos humanos que no dejamos que la gata se calme.

En este estado es muy importante dejar a la gata que se relaje, y no agobiarla. Evidentemente, se puede acariciar y dar cariño, pero sin atosigarla. Hay que dejar que sea ella la que venga a nosotros, y dejar de darle mimos en cuanto veamos que ya no quiere más.

A medida que se vaya acercando el día señalado, verás que busca un lugar donde parir. Elija el que elija, no debemos de cambiarlo, pues de lo contrario le provocaríamos estrés que podría llevarle a rechazar a sus pequeños. Lo que sí que haremos será proporcionarle al menos una sábana -si es verano- o manta -si es invierno- para que los bebés no pasen frío.

Las crías, ¿cómo están?

Cuando los pequeños ya están aquí, hay que comprobar cómo están de salud. Si hay alguna que ha nacido deforme o débil, o si vamos continuamente a verlos, lo más probable es que la gata se desentienda de ellos. Asimismo, si la camada es muy grande, puede terminar necesitando un poco de ayuda para cuidarlos a todos, especialmente si hay alguna que es muy glotona 🙂 .

En el caso de que tu gata haya rechazado a sus crías, lo más recomendable es que te encargues tú de darle el biberón. Aquí tienes más información sobre cómo hacerlo.

Gatito bebiendo leche

Las crías de gato nacen indefensas, y necesitan el cariño y protección de su madre. Pero ella sólo podrá cuidarlos correctamente si el ambiente familiar es tranquilo.


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  1.   Mercè dijo

    Ya comenté algo sobre el embarazo y parto de una de mis gatas en otro post tuyo.
    Tenía dos gatas que recogí de la calle, la otra, que también parió, murió a los pocos días de alumbrar. Esa se cansó mucho durante el parto, tuvo 4, pero después del primero, al igual que la otra le costó mucho atenderlos.
    A diferencia de la otra, que me dejó ayudarle y sólo tuvo que dejarlos salir, yo se abría las placentas por la parte de la carita y se lo ponía todo cerca de la suya, para que los lamiera y diera el soplo de vida. Luego se comía la placenta sin dejar ni rastro.
    La que murió la cogimos de la calle, tendría unos tres meses y medio, pero era salvaje, nunca se dejó acariciar. Para ponerle la pipeta antiparasitaria fue un espectáculo. Pero aún así no quería devolverla a la calle, delgadísima, resfriada, lloviendo y jovencita como era.
    En el parto no me dejó acercarme, bufaba y lanzaba la pata. Yo sufría porque veía los bebes dentro de la placenta sin respirar…
    pero lentamente, los fue sacando a todos y reviviendo.
    Se puso mala, recuerdo que ya el día del parto vomitaba espuma amarilla, tenía diarrea, pero no me dejaba acercarme a ella, y menos después con sus bebés, a los que llegó a amamantar unos días.
    El veterinario me comentó que siendo un animal tan salvaje sería difícil atenderlo, además de no poder darle según que medicinas.
    En fin, se fue debilitando y cuando ya se dejó acariciar pensé, ahora la llevo al veterinario, aún me arañaba, pero ya fue tarde.
    Los bebés se los fui colocando a la otra gata, que los aceptó como suyos desde el primer segundo, ha sido una madre buenísima.
    Yo la ayudaba dándoles biberón, así que mamaban, y si no tenían suficiente pues bebían biberón a discreción (leche preparada de Royal Canin. Se ha de hacer la mezcla perfecta con agua mineral/botella calentita sin quemar, o no la beberán).
    Sólo había un problemilla, 9 gatos para 8 tetas. Uno, el más débil, y además estos tenían una semana menos, se solía quedar sin mamar, porque cuando ya acababan los otros es porque ya no había leche, y como era pequeñito también quedaba aplastado debajo del resto. Yo de daba biberón, apartaba a ratos a los demás, pero no fue suficiente.
    Un día lo encontré aplastado debajo de la madre (hay que vigilar porque no distingue si es un pliegue de la manta o un bebé) respiraba muy rápido. Intenté reanimarlo un poco, darle biberón, pero no reaccionaba. Tenía algún defecto porque era muy pequeño, los ojillos casi no se le veían. Y murió.
    Casualmente, me pasó lo mismo con un hámster, ambos negritos también. Ese hámster no crecía como los demás, se quedó muy pequeñito y se asustaba de sus hermanos que le doblaban o más el tamaño, lo puse en una jaula sólo y también se murió. Si se asustaba, por cualquier ruido, se «desmayaba» y a los segundos se levantaba y volvía a andar.
    3 de sus hermanos hámsteres también negros, crecieron normalmente y vivieron más de 2 años, como la mayoría del resto.

    1.    Monica Sanchez dijo

      Son cosas que a veces lamentablemente pasan. Siempre hay que intentar de salvar a todas las crías, pero no siempre consiguen salir adelante todas. Pero, al menos, sabremos que lo hemos intentado.