Los gatos a medida que envejecen les ocurre algo muy similar a lo que nos sucede a nosotros: pierden peso. Puede que durante años hayan estado pesando sus buenos 4-5 kilos, pero con la llegada de la Tercera Edad gatuna, los peludos tenderán a estar más flacos.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué los gatos viejos se vuelven delgados? Si es así, a continuación te lo explicamos.
Atrofia muscular
A medida que el gato envejece, las células de cuerpo se multiplican cada vez más débilmente y su cuerpo poco a poco va teniendo músculos cada vez más delgados. Para entender mejor el proceso del envejecimiento, sería como si hiciéramos una copia de una imagen, luego otra copia de esa copia,… así hasta que el papel se viese en blanco.
Además de eso, un gato mayor no hace tanto ejercicio, por lo que los músculos se consumen un poco.
Deshidratación
Son varias las enfermedades que pueden causar deshidratación, como la diabetes, el hipertiroidismo o la insuficiencia renal. Pero la situación se puede complicar bastante en un gato viejo, ya que tenderá a beber menos agua y a comer menos. Para ayudarle a mantenerse hidratado, es esencial darle comida enlatada, y no pienso seco, pues contiene un mayor porcentaje de humedad (un 70%, frente al 40% de la comida seca).
Redistribución de la grasa
En un gato viejo la grasa se redistribuye por el cuerpo de manera que protegerá más los órganos que los músculos. ¿Por qué? Porque los órganos, al ser algo más vitales que el sistema muscular, necesitan más protección a medida que envejecen.
A pesar de todo, tenemos que seguir dándole mucho cariño y jugar con él para que sus músculos se mantengan activos. Para ello, podremos darle pelotas, peluches o cuerdas. Seguro que con cualquiera de estas cosas se lo pasará estupendamente bien.