Observar a un gato mientras duerme es fascinante. Su postura relajada y su forma de acurrucarse pueden transmitir una gran sensación de paz. Sin embargo, muchos dueños de felinos han notado un comportamiento particular: sus gatos prefieren dormir sobre ellos. Ya sea en el pecho, abdomen o incluso en la cabeza, esta conducta tiene múltiples explicaciones que van desde la búsqueda de seguridad hasta el instinto de marcaje territorial.
Un instinto de seguridad y protección
Los gatos son animales cautelosos por naturaleza. En la vida salvaje, deben estar alerta para detectar cualquier peligro. Dormir sobre su dueño es una muestra clara de que se sienten protegidos. El calor humano y el ritmo de la respiración les brindan una sensación de calma, similar a la que experimentaban cuando eran cachorros y dormían junto a su madre.
Si tu gato duerme sobre ti, significa que confía plenamente en ti. Al ser un momento de vulnerabilidad para ellos, esta acción fortalece el vínculo afectivo entre ambos.
El calor corporal y la comodidad
Los gatos son amantes del calor. Su temperatura corporal oscila entre 38 y 39 grados Celsius, por lo que buscan constantemente ambientes cálidos para mantenerse cómodos. En invierno, es común verlos buscando el sol o acurrucándose en mantas, pero cuando su dueño está disponible, esa se convierte en la mejor opción.
Además de la calidez, el cuerpo humano les ofrece una superficie mullida y estable donde pueden acomodarse para disfrutar de una siesta placentera.
Marcaje territorial: el lenguaje del olor
Los gatos poseen glándulas de feromonas en la cara, patas y la base de la cola, que les sirven para marcar su territorio. Dormir sobre su dueño les permite dejar su olor en la piel y la ropa, reforzando así su sentido de pertenencia.
Esta conducta es más común en gatos con un vínculo fuerte con sus dueños y en hogares con múltiples mascotas, donde el gato siente la necesidad de reafirmar su presencia.
Mostrando amor y vínculo afectivo
A pesar de su reputación de independientes, los gatos pueden ser extremadamente cariñosos y sociables. Dormir encima de su dueño es una forma de expresar afecto. Cuando han pasado mucho tiempo solos, es habitual que busquen el contacto físico al regresar su dueño.
Además, los gatos tienen formas sutiles de demostrar su amor, como el amasado, el ronroneo y la cercanía constante.
¿Dónde prefieren dormir? Zonas del cuerpo más elegidas
Los gatos pueden elegir diferentes partes del cuerpo de su dueño para dormir, y cada una tiene una explicación particular:
- En la cabeza: Buscan la calidez y la familiaridad del olor humano.
- En el pecho: El sonido del corazón y la estabilidad de la zona les proporciona seguridad.
- En el abdomen: Encuentran un lugar estable y cálido para descansar.
- En las piernas o pies: Prefieren estos lugares cuando desean cercanía pero sin interferir demasiado.
El efecto terapéutico de los gatos
Algunas teorías sugieren que los gatos tienen un efecto energético y terapéutico en sus dueños. Se cree que pueden detectar cambios en el estado emocional y físico de las personas, y al dormir sobre ellas, pueden estar ayudando a calmarlas.
El ronroneo, en particular, se ha estudiado por su capacidad para reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional.
¿Debería impedir que mi gato duerma sobre mí?
Si bien dormir con un gato puede ser reconfortante, no siempre es lo ideal para todos. Aquí algunos aspectos a considerar:
- Higiene: Mantener al gato limpio y desparasitado es esencial.
- Interrupción del sueño: Algunos gatos se mueven mucho durante la noche, afectando el descanso.
- Alergias: Para personas con alergias a los gatos, compartir la cama puede agravar los síntomas.
Si prefieres que tu gato duerma en otro lugar, puedes proporcionarle una cama cómoda y entrenarlo para usarla.
Cuando un gato elige dormir sobre su dueño, está mostrando confianza y afecto. Más allá de las razones instintivas, es una manera de fortalecer el vínculo con su humano. Si disfrutas de la compañía de tu felino, este hábito puede convertirse en uno de los momentos más especiales del día.
Precioso el comentario… mis cuatro gatitas, viven encima de mi cuerpo tal cual, nos un amor, y con esos mordisquitos, como quisieran decir…gracias… me hacen morir de amor…
Sí, pueden llegar a ser increíblemente cariñosos 🙂