Los gatitos en movimiento constituyen una de las imágenes más habituales y entrañables del mundo felino. Quienes comparten hogar con uno de estos pequeños felinos saben bien que no se trata solo de juegos o simple actividad física. Sus desplazamientos, estiramientos y gestos diarios están cargados de significados que, en muchos casos, revelan tanto su estado de ánimo como su salud.
Precisamente, observar cómo se mueven los gatitos permite descifrar una buena parte de su universo emocional. Desde el tradicional “amasado” hasta el curioso levantamiento de la cola, pasando por sus estiramientos o pequeños saltos, cada movimiento responde a un instinto y tiene una razón de ser. Entender estos comportamientos favorece una mejor relación con ellos y ayuda a detectar posibles señales de estrés o malestar.
¿Qué significa cuando un gatito amasa?
Uno de los movimientos más característicos de los felinos es el conocido “amasado”, en el que alternan las patas delanteras sobre una superficie, como si estuvieran trabajando una masa. Según los veterinarios, este gesto es frecuente tanto en cachorros como en adultos. En la etapa de lactancia, es una forma de estimular la producción de leche de la madre. Más adelante, puede indicar felicidad, comodidad o relajación, especialmente cuando se realiza cerca de una persona de confianza.
Expertos como la veterinaria Julia Albright señalan que el amasado es una señal de un gato sereno y satisfecho. Suele ir acompañado de ronroneos y ocurre en momentos de tranquilidad. Si un gato deja de amasar de forma repentina, no siempre indica un problema grave, aunque puede estar relacionado con un momento de estrés ligero o incomodidad.
El arte de estirarse: flexibilidad y preparación
Los estiramientos felinos, alejados de ser simples actos de pereza, cumplen un propósito fisiológico esencial. Estirarse permite a los gatitos mantener la flexibilidad y preparar los músculos para moverse con rapidez, algo fundamental para su instinto cazador. Paula Calvo, antrozoologa, destaca que estos momentos ayudan a mantener las articulaciones en buen estado y reducir el estrés, contribuyendo al equilibrio físico y mental del animal.
Desde pequeños, los gatos aprenden a estirarse de manera instintiva para estar listos ante cualquier cambio en su entorno. Es frecuente ver cómo, después de una siesta, el gatito se estira antes de reanudar sus juegos o exploraciones.
La cola como termómetro emocional
Uno de los movimientos más expresivos de los gatitos es la posición y movimiento de la cola. Según especialistas, una cola erguida suele ser señal de confianza y satisfacción. Cuando el gato se acerca con la cola alta y una pequeña curva en la punta, está mostrando cercanía y predisposición positiva hacia las personas o hacia otros animales.
Por otro lado, una cola que se mueve de forma constante y desordenada puede expresar inquietud, hambre o algún malestar. Interpretar el lenguaje de la cola permite detectar necesidades o anticipar cambios de humor en el felino, facilitando una mejor comunicación con ellos.
Otros movimientos importantes y su significado
Además del amasado, los estiramientos o la posición de la cola, saltos cortos, rodar por el suelo o sacudirse tras estar quietos forman parte de su repertorio natural. Algunos de estos movimientos están ligados a la exploración, la búsqueda de atención o, simplemente, al placer de sentirse ágiles y sanos.
Los especialistas recuerdan que cada gato es único y puede mostrar matices propios en sus formas de moverse. Por eso, observar su comportamiento habitual ayuda a detectar posibles cambios que puedan indicar problemas de salud o bajones anímicos.
Conocer sus movimientos y comportamientos permite tener una relación más enriquecedora y satisface la curiosidad sobre su universo emocional. Las acciones diarias, como cómo se desplazan por la casa, son claves para entender y cuidar mejor a nuestros felinos.
