Los gatos son animales maravillosos, inteligentes y divertidos. Pero al convivir con los humanos tenemos la oportunidad de ver en ellos comportamientos que nos desconciertan, y que a menudo etiquetamos como »manías», como si fuesen algo malo que hay que solucionar.
La realidad es que aún tenemos que aprender a observarlos y a entenderlos, ya que esa es la única forma eficaz de comprenderlos. Por eso, te voy a hablar de las supuestas »manías en gatos», y qué es lo que están tratando de decirnos con ellas.
Si no limpiamos su arenero, hará sus necesidades en otros lugares
Los gatos son muy limpios. No soportan llegar a su bandeja higiénica y tener que oler ese olor tan desagradable. Tampoco les gusta nada que su baño esté en el cuarto de la lavadora ni cerca de su comida.
Por todos estos motivos, hay que retirar sus deposiciones y orines a diario y limpiárselo a fondo una vez por semana; además de ponérselo en una habitación tranquila, lo más lejos posible de su bebedero y comedero (de hecho, lo ideal es que tanto el agua como la comida estén en otra habitación).
Se enfadan si los bañamos (salvo excepciones)
A los gatos, por lo general, no les gusta el agua. Pero es que tampoco necesitan bañarse. Ellos dedican buena parte de su tiempo a asearse, y a menos que estén enfermos o se hayan ensuciado demasiado, no habrá necesidad de bañarlos.
Tienen la »mala costumbre» de dormir justo encima de nosotros
Dormir con gatos es una experiencia magnífica, pero que se tumben por ejemplo en el cuello nos obliga a adoptar una posición un tanto incómoda. Así y todo, cuando el vínculo que nos une es muy fuerte, es precisamente eso lo que pasa. Nos quieren tanto y se sienten tan seguros a nuestro lado, que les gusta dormir muy cerquita de nosotros.
Se disgustan si no les rellenamos su comedero de inmediato
Lo cierto es que si tienen hambre y se encuentran su comedero vacío, es normal que maúllen o que incluso nos despierten. Para evitar esto -y otros problemas, como el de la ansiedad por la comida- hay que procurar que tengan comida siempre a su libre disposición.
No les gusta ir al veterinario
En realidad, no les gusta salir de casa. La vivienda es para ellos un lugar seguro, un lugar que controlan. Salir de ahí les estresa, y más si es para ir al veterinario. Las clínicas y hospitales están cargados de feromonas de alarma (más información sobre este tema aquí), algo que les disgusta enormemente.
Para que estén tranquilos, recomiendo pulverizar su transportín media hora antes de salir con feliway, o darles 4 gotas de Rescue remedy (lo puedes conseguir en farmacias y herboristerías) con agua o comida húmeda también 30 minutos antes de partir.
Harán lo posible por llamar la atención
Si pasan mucho tiempo solos, o si su familia los ignora, es seguro que los gatos harán lo posible por llamar la atención: maullar, romper cosas, »cazar» pies y/o manos, etc. La manera de evitar esto es simple: dedicándoles tiempo, jugar con ellos unas tres veces al día durante unos 15-30 minutos, y darles cariño.
Espero que te haya sido de utilidad 🙂 .