A lo largo de la vida de todo gato, será necesario llevarlo a veces al veterinario, no sólo para que le haga la revisión anual, sino también cuando el animal se encuentre enfermo. Son muchas las personas que no lo llevan al profesional porque no hay manera de meter al peludo en el transportín, pero es muy importante que, si tenemos que ir, tratemos de conseguir que se introduzca en él.
Así pues, te voy a explicar cómo llevar a un gato al veterinario.
Lo primero que debes de saber es que el estado de ánimo que tenga el humano, lo puede sentir el gato. ¿Por qué te digo esto? Porque en la mayoría de veces el peludo no va a querer entrar en el transportín porque, en algún momento, el humano se estresó, incluso tuvo un poco de ansiedad, sólo con pensar con que tenía que llevarlo a ver al profesional y que eso sería una tarea muy difícil porque el felino le arañaría o mordería. Vale. Calma. Es normal sentirse un poco nervioso, pero eso no es excusa para que demoremos la visita al veterinario.
Lo que tampoco podemos hacer es meterlo a la fuerza, pues de hacerlo va a asociar el transportín con algo negativo, y por supuesto lo evitará a toda costa. Para evitar que eso suceda, es necesario que pase por un periodo de adaptación, en el cual se le dejará el transportín con la puerta abierta, una mantita y un par de golosina para gatos. Así, acabará usándolo de guarida. Pero aún tendremos que hacer algo más.
Ahora tendremos que acostumbrarlo al coche, llevándolo con el transportín a dar paseos muy, muy cortos -de 10 minutos-, y darle premios para gatos para que asocie el automóvil con ellos. Y finalmente, tocará lograr que se adapte a la clínica, en donde le iremos dando unas golosinas para felinos que realmente le encante.
¿Te ha parecido interesante?
Sé el primero en comentar