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El gato burmés es un precioso peludo muy cariñoso que se adapta sin problemas a vivir en pisos o apartamentos, siempre que su familia le dedique tiempo claro 🙂 . Unas cuantas sesiones de juego al día combinadas con otras cuantas de mimos lo convertirán en el animal más feliz del mundo.
Además, se puede llevar muy bien tanto con niños como con mayores, por lo que convivir con él es un motivo más que suficiente para sonreír cada día. Descubre cómo es el gato burmés.
Origen e historia
El gato burmés, conocido también como gato birmano, es un animal cuyo origen se encuentra en Tailandia. Allí fue creada por el Dr. G. Thompson en el año 1930. Este hombre cruzó a varios gatos previamente seleccionados con el fin de obtener una raza pura de Burmés.
En la década de 1940 las versiones híbridas de esta raza empezaron a competir en exposiciones, pero eso no le gustó a la Asociación de Criadores de Gatos, quien retiró su reconocimiento hasta que se restablecieran sus líneas de sangre, algo que se hizo en 1957.
A día de hoy, el burmés ocupa el puesto 16 en la lista de las razas más populares que han sido reconocidas por la CFA.
¿Cuáles son sus características físicas?
Se trata de un gato de tamaño medio, de unos 3 a 7kg, siendo las hembras algo más pequeñas. Tiene un cuerpo musculoso y robusto, cubierto por una capa de pelo que puede ser color café marrón, champán, azul y platino, con los ojos de color oro o amarillo. La cabeza es redonda, con orejas medianas.
Tiene una esperanza de vida de 15 a 18 años.
¿Cómo es su personalidad?
El gato burmés es un animal muy sociable, cariñoso y juguetón. Le encanta estar rodeado de personas que lo quieren; y de hecho, va a aprovechar cualquier oportunidad para estar con ellas.
¿Qué te ha parecido este gato? 🙂