Fístula perianal en gatos

Gato triste

Aunque no son muy comunes en gatos, las fístulas perianales pueden causarles igualmente mucho dolor y molestias, tanto que necesitarán la ayuda de un profesional veterinario para que puedan recuperarse y hacer vida normal.

Por este motivo, vamos a hablarte de cuáles son las causas de la fístula perianal en gatos y qué medidas debes de tomar para que sanen.

¿Qué son y cuáles son sus causas?

Las fístulas perianales son unos trayectos que se originan en alguna parte interna del cuerpo y desembocan en la zona cercana al ano. En los gatos, la causa más común son las glándulas o sacos anales. Estos, en situaciones normales, actúan como lubricante ya que ayudan al animal a defecar sin sentir dolor cuando las heces son expulsadas.

El problema es cuando se da el caso de que tiene estreñimiento o diarrea, pues es cuando el líquido que contienen no puede salir y, como consecuencia de ello, se va acumulando. A menos que alguien las vacíe, podrían ocasionar una fístula o una infección.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de fístulas perianales en gatos son los siguientes:

  • Lamido excesivo de la zona anal
  • Estreñimiento o diarrea
  • Problemas para defecar
  • Restos de sangre en las heces

¿Cómo se trata?

El tratamiento dependerá de la causa. Por ejemplo:

  • Sistema inmunitario débil: se le administrarán fármacos por vía oral. También puede ser recomendable ponerle una crema que incorpore corticoides y antibióticos.
  • Patologías de los sacos anales: en este caso, se procederá a darles antibióticos por vía oral y se les aplicará una pomada con corticoides.

En casos en los que el tratamiento no dé resultado, entonces el veterinario recomendará la extirpación quirúrgica de las glándulas.

¿Cómo vaciar las glándulas anales en gatos?

Independientemente de la causa, es importante vaciar las glándulas anales cuando nuestros gatos tienen algún problema con ellas. Para ello, hay que seguir este paso a paso:

  1. Primero, levantamos la cola con una mano y con la otra cogeremos una gasa limpia.
  2. Segundo, colocamos la gasa justo delante del ano del gato.
  3. Tercero, localizamos los sacos -están a ambos lados del ano- haciendo presión pero evitando hacerles daño. Es importante no ponerse delante, ya que el líquido sale con mucha presión.
  4. Por último, desinfectaremos la zona con una pomada que nos haya recomendado el veterinario.

Espero que te haya sido de utilidad 🙂 .


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