Si tienes jardín o dejas que tu peludo salga al exterior debes de tener mucho cuidado, especialmente en primavera. Hay algunas plantas herbáceas que producen espigas, las cuales podrían acabar en la nariz de tu peludo y causarle muchas molestias.
Aunque es más frecuente en perros que en felinos, estos peluditos también pueden darte algún que otro susto. Por este motivo, a continuación te vamos a contar todo lo que debes saber sobre las espigas en gatos.
¿Qué son las espigas?
Las espigas son las semillas de las plantas de tipo gramíneo, como el trigo, el cereal, y similares. Están diseñadas para que cuando un animal las toque, éstas sean liberadas. Así, terminan enganchadas al pelaje, pero no se quedan donde están, sino que pueden ir »escalando» con cada movimiento de la »víctima», por lo que es fácil que llegue a los ojos, fosas nasales, boca u oídos.
¿Cómo saber si mi gato tiene?
Sabrás si tu gato ha tenido la mala suerte de terminar con alguna espiga en su cuerpo si:
- Sacude la cabeza con fuerza y camina inclinándose hacia un lado.
- Se limpia mucho los ojos, los cuales los tendrán llorosos y con legañas.
- Estornuda muy fuerte y muy seguido.
¿Qué hacer?
Si sospechas que tu gato tiene alguna, es importante que lo lleves al veterinario cuanto antes para evitar infecciones. Una vez en la clínica o en el hospital veterinarios le examinarán la zona donde puede encontrarse la espiga, y procederán a quitársela.
En el caso de que la tenga en las fosas nasales o si es un animal muy nervioso, pueden ponerle un poco de anestesia para mantenerlo tranquilo y relajado.
Las espigas parecen inofensivas, pero es mejor evitar que el gato se acerque a ellas. Así podremos estar seguros de que no le pasará nada.