Todo sobre la enfermedad de Lyme en gatos

Gato atigrado tumbado en el suelo

La enfermedad de Lyme es una de las peligrosas que puede tener nuestro amigo felino. El riesgo de que la padezca algún día variará si sale o no al exterior y de si le damos algún tratamiento antiparasitario, ya que el causante es, efectivamente, un parásito. En concreto, la garrapata.

Este es un parásitos que todos conocemos, sobretodo los que convivimos con algún que otro animal doméstico. Le favorece el clima cálido y seco, por lo que es durante el verano cuando más podremos verlo. Pero, si no vamos con cuidado, podríamos acabar teniendo un gato padeciendo la enfermedad de Lyme. Pero, ¿qué es y cómo se trata?

¿Qué es la enfermedad de Lyme?

Gato bicolor adulto

Esta es una enfermedad causada por una bacteria que transmiten las garrapatas. Cuando estos parásitos pican al animal, hacen que el microorganismo entre dentro de su cuerpo y empiece a multiplicarse rápidamente. Teniendo esto en cuenta, los síntomas aparecerán pronto, y si no es tratada a tiempo, las consecuencias podrían ser fatales.

Las fases por las que se desarrolla la enfermedad son las siguientes:

  • Fase 1: se inicia en los primeros días. La infección es localizada, es decir, no se ha extendido por el resto del cuerpo. Es importante decir que la garrapata tarda 18 horas en en infectar al gato.
  • Fase 2: es cuando la bacteria empieza a llegar a otras partes del cuerpo.
  • Fase 3: es en la que la bacteria se ha extendido por todo el cuerpo, meses o años después de la infección.

Si bien hay varios métodos para prevenirla, como más adelante veremos, debemos de tener presente que nosotros mismos al salir al exterior podríamos servir como medio de transporte de alguna garrapata infectada. Así que no sólo tenemos que proteger a nuestro amigo, sino también a nosotros mismos.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas pueden variar dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad. Los más comunes son:

  • Fase 1: fiebre, pérdida de apetito, apatía, depresión, rigidez muscular, inflamación de los ganglios linfáticos, y puede caminar con la espalda arqueada.
  • Fase 2: dificultad para respirar, trastornos del sistema nervioso, problemas cardíacos.
  • Fase 3: diarrea, vómitos, insuficiencia renal, acumulación de líquido, entumecimiento muscular.

Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Lyme en gatos

Gato con un veterinario

Una vez que sospechamos que nuestro amigo peludo podría padecer esta enfermedad, es importante que lo llevemos al veterinario lo antes posible. El profesional le hará un análisis de sangre y una revisión para ver cómo están sus articulaciones. Así, podrá saber en qué estado de salud se encuentra el gato y, en caso de confirmarse el diagnóstico, en qué fase se encuentra, algo que es muy importante para poder tratarlo.

Después, y siempre y cuando ya hayan pasado un mínimo de 18 horas desde la infección, empezará a tratarlo con antibióticos. En el caso de que la enfermedad esté muy avanzada, le suministrará suero por vía intravenosa para evitar la deshidratación y tratará los síntomas además con antiinflamatorios. Lamentablemente, cuando llega a la fase 3 las posibilidades de mejoría son escasas.

¿Cómo se puede prevenir?

A pesar de lo grave y peligrosa que puede llegar a ser, la enfermedad de Lyme es una de las que mejor se puede prevenir. Para ello, hay que hacer lo siguiente:

Desparasita a tu gato

Persona cuidando de un gato adulto

En el mercado hay varios tipos de antiparasitarios: collares, sprays, pipetas y pastillas. ¿En qué se diferencian?

  • Collares: se ponen alrededor del cuello del animal. Tienen una eficacia de uno a seis meses dependiendo de la marca, y suelen prevenir contra los principales parásitos entre ellos las garrapatas.
  • Sprays: se utilizan pulverizando el pelo del gato, evitando los ojos, nariz, boca y zona ano-genital, siempre que sea necesario.
  • Pipetas: son antiparasitarios que se venden en »botellitas» de plástico muy pequeñas en cuyo interior se encuentra el líquido. Se quita la tapa, y se le pone en la parte posterior del cuello, normalmente una vez al mes.
  • Pastillas: las tiene que recomendar el veterinario. Son pastillas antiparasitarias que actúan desde dentro del cuerpo del peludo. Se recurre a ellas en casos de infestación realmente graves, o cuando los otros antiparasitarios no surten el efecto deseado.

Independientemente de cuál elijamos, hay que tener mucho cuidado con ellos y utilizarlo primero en una pequeña zona para ver si le causa reacción. Además, siempre podemos optar por otros remedios más naturales.

Vacúnalo

Un gato vacunado difícilmente tendrá la enfermedad de Lyme o, si se llegara a infectar, le sería más fácil sobreponerse. Por ello, es muy importante seguir el calendario de vacunación que nos recomendará el profesional veterinario.

Revísalo

Especialmente si sale al exterior, es necesario revisarlo para ver si tiene alguna garrapata. Sobretodo tendremos que inspeccionar bien las orejas, patas y en zonas donde haya pliegues de piel ya que son aquellas donde estos parásitos se sienten más cómodos.

Limpia la casa

Esto es algo que ya hacemos, pero hay que procurar limpiar bien todo con agua caliente: las mantas, las sábanas, los manteles, el suelo (y en especial las esquinas), armarios, … en definitiva, todo. De tanto en cuando podremos echar al agua un poco de líquido antiparasitario para asegurarnos de que eliminamos cualquier rastro de parásitos.

Gato británico de pelo corto y atigrado

Con estos consejos, podremos afirmar que estamos haciendo todo lo posible por proteger a nuestro gato de esta terrible enfermedad 🙂 .


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