El órgano vomeronasal de los gatos: ¿para qué les sirve?

Gatito oliendo flores

Los gatos tienen un sentido del olfato mucho más desarrollado que el de los humanos. Tanto es así que se podría decir que son como una extensión de sus ojos, pues aunque con estos pueden ver en situaciones de poca luz, durante el día ven el mundo borroso, como si alguien hubiera perdido las gafas.

Pero eso no es problema para ellos, puesto que además cuentan con otra herramienta que les permite orientarse, comunicarse y, en definitiva, hacer vida normal: es el órgano vomeronasal de los gatos, también conocido como el órgano de Jacobson.

¿Dónde se encuentra?

Órgano de Jacobson

Imagen – mJ Ineva

El órgano vomeronasal es una ‘herramienta’ sensorial que encontramos entre el paladar y las fosas nasales de algunos vertebrados incluyendo los seres humanos (aunque todavía no se sabe bien si lo usamos). Compuesto por dos sacos con extremos ciegos, a través de ellos pasa el aire hacia el interior.

¿Qué utilidad tiene?

Los gatos lo utilizan sobretodo para la caza y cuando van en busca de pareja. En el primer caso, les es muy útil para saber dónde se encuentra su posible presa; y en el segundo, pueden percibir las feromonas de celo que han dejado otros gatos en distintos lugares, como puede ser el tronco de un árbol o una pared. Tienes más información sobre este tema aquí.

Pero además, lo usan para analizar otros tipos de olores, como el de algunos alimentos por ejemplo, o el de la lejía.

¿Cómo funciona?

Gato oliendo hierba

Los que convivimos con gatos más de una vez veremos que abren un poco la boca y aspiran por la parte superior, llevando su labios hacia abajo, arrugando su nariz y levantando la cabeza. Pues bien, a esta mueca se le conoce como el reflejo de Flehmen. Durante unos segundos, la ruta que sigue el aire normalmente se cierra para que se desvíe hacia el órgano de Jacobson.

Y es que, enseguida que estos peludos detectan un olor extraño, retienen sus moléculas gracias a los receptores de la lengua, y luego estas son dirigidas hacia la abertura del órgano vomeronasal. A partir de ahí, recorrerán vías neuronales. Pero no serán las mismas en todos los casos; de hecho, si el olor ha sido percibido por el olfato se dirigirán a las zonas cognitivas del cerebro; en cambio si lo ha captado el propio órgano vomeronasal se dirigirá hacia el hipotálamo y la amígdala.

Si esto te ha parecido interesante debes saber que estas moléculas o feromonas tienen un impacto directo en el comportamiento de los animales. Por ejemplo, si han percibido el olor de un gato intruso que ha entrado en su territorio, se mostrarán muy violentos, marcando con sus garras y orina; y si se llegan a encontrar, se mirarán fijamente y maullarán de forma grave y fuerte tratando de que alguno de los dos retroceda, pero si eso no pasa se pelearán.

Así que ya sabes, si alguna vez ves a tu gato haciendo una mueca extraña con la boca y está bien de salud, no te preocupes 🙂 .


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