Mucho se ha dicho sobre el gato: que es un animal solitario, que sabe valérselas por sí mismo y que no necesita a nadie para subsistir. Aunque es cierto que los gatos tienden a disfrutar de su tiempo a solas, la realidad es más compleja. Si un gato ha establecido un vínculo con otro animal o con una persona, puede manifestar un comportamiento sorprendentemente sociable.
De hecho, los estudios recientes demuestran lo que muchos amantes de los gatos ya sabían o, al menos, intuían: los gatos no son tan solitarios como se pensaba. En este artículo vamos a analizar en detalle el grado de sociabilidad de los gatos, desmontando mitos y basándonos en investigaciones que han ampliado nuestro entendimiento sobre estos maravillosos felinos.
¿Realmente el gato es un animal solitario?
La percepción generalizada de que los gatos son animales solitarios probablemente proviene de su naturaleza como cazadores. En la naturaleza, los gatos suelen cazar y vivir solos debido a sus habilidades como cazadores solitarios. Su método de caza se basa en la paciencia y la sigilosidad, lo que les permite emboscar a sus presas sin ayuda. No obstante, esto no implica que todos los gatos prefieran la soledad social.
El comportamiento de los gatos domésticos ha evolucionado con el proceso de domesticación. A diferencia de los gatos salvajes, los gatos que comparten hogar con humanos han dejado de ser tan territoriales y están más dispuestos a interactuar con los humanos y otros animales. Este proceso los ha hecho más tolerantes al contacto social, sobre todo cuando han sido socializados adecuadamente desde una edad temprana.
La importancia de la socialización temprana
La socialización comienza desde el momento en que nacen. Durante las primeras semanas de vida, los gatitos forman un vínculo fuerte con su madre, quien se ocupa de mantenerlos calientes, alimentados y protegidos. Este primer lazo emocional es crucial para el desarrollo social del gato, ya que les enseña que pueden depender de otros para su bienestar.
Posteriormente, los gatitos comienzan a interactuar con sus hermanos. Este periodo, generalmente entre las 6 a 12 semanas de edad, es esencial para su desarrollo social. Los juegos con sus hermanos les enseñan a moderar su comportamiento, a entender los límites y a desarrollar habilidades sociales fundamentales.
Si el gatito es adoptado alrededor de las 8 semanas de vida, se encuentra en un punto óptimo para que la socialización con humanos sea exitosa. Si se le proporciona un entorno seguro y se le trata con cariño, pronto aprenderá a formar vínculos afectivos con las personas de su hogar.
Los gatos callejeros y su vida en «clanes»
Contrario a la creencia popular, los gatos callejeros no siempre viven solos. Pueden formar grupos o clanes en los que se protegen mutuamente y colaboran para encontrar alimento. Estos clanes son más comunes en zonas donde los recursos son limitados y la colaboración ofrece una ventaja evolutiva.
Encontrar gatos que vivan en completa soledad es poco común. Si observamos un gato callejero que parece estar solo, probablemente ha sido abandonado o separado de su madre recientemente. Los gatos tienen una capacidad increíble para formar relaciones, tanto con otros gatos como con humanos, lo que les permite vivir mejor cuando están en grupo.
¿Tienen sentimientos los gatos callejeros?
En varias grabaciones se ha observado que los gatos pueden mostrar comportamientos que antes se atribuían exclusivamente a especies como los perros. Un vídeo muy revelador muestra a un gato que intenta reanimar a su amigo, quien está inconsciente en el suelo. El gato le da lo que parece un masaje cardíaco y se acuesta junto a él para mantenerlo caliente. Este tipo de comportamiento social refleja un nivel de empatía que no siempre se asocia con los felinos.
Aunque el mito de que los gatos son animales fríos persiste, no hay duda de que son capaces de crear vínculos emocionales profundos, tanto con otros felinos como con los humanos. La razón por la que solemos ver menos muestras de afecto en los gatos es porque su lenguaje corporal es muy sutil y, a menudo, malinterpretado.
¿Por qué se cree que los gatos son solitarios?
Es común comparar a los gatos con los perros, una especie conocida por su necesidad de contacto constante y su comportamiento gregario. Sin embargo, los felinos tienen una naturaleza territorial muy marcada, lo que les lleva a preferir su propio espacio personal. De igual modo, los gatos no suelen exhibir las conductas sociales extrovertidas propias de otras especies. Esto ha contribuido a su fama de seres solitarios e independientes.
No obstante, varios estudios recientes han demostrado que los gatos también disfrutan de la interacción social. Aunque no se lanzan inmediatamente a buscar nuestra atención, cuando logran establecer confianza con sus cuidadores, pueden llegar a ser sorprendentemente cariñosos. De hecho, una investigación realizada en Estados Unidos reveló que los gatos se sienten más tranquilos cuando están cerca de sus dueños.
Adaptación a la vida humana
A lo largo de los siglos, los gatos han aprendido a convivir con seres humanos. Aunque conservan gran parte de su comportamiento territorial, muchos felinos han aprendido a tolerar e incluso a disfrutar la compañía de otros gatos, siempre que las condiciones sean adecuadas.
En un entorno doméstico, los gatos suelen buscar el contacto humano, especialmente si se han socializado desde pequeños. Al igual que sucede en las colonias de gatos ferales, donde los felinos generan interacciones sociales moderadas, los gatos domésticos también pueden desarrollar lazos emocionales con sus cuidadores. Curiosamente, algunos gatos de interior buscan más el contacto humano que los felinos que viven en el exterior, posiblemente porque la vida en el interior les priva de otros estímulos externos.
¿Los gatos pueden vivir solos o necesitan compañía?
Incluso dentro de los gatos domésticos existen notables diferencias de carácter. Algunos se adaptan perfectamente a vivir en solitario y no muestran estrés al quedarse solos durante períodos cortos. Otros, en cambio, se sienten mucho más felices si tienen la compañía de un congénere o de un cuidador atento.
Si decides adoptar un gato, es importante observar su comportamiento para entender sus necesidades. Mientras que algunos gatos gozarán de la independencia y preferirán tener su propio espacio, otros pueden desarrollar síntomas de soledad, como la agresividad, el maullido excesivo o alteraciones en su comportamiento alimenticio.
Algunos felinos realmente disfrutan de la compañía de otros gatos. Para aquellos que han sido socializados adecuadamente, tener un compañero puede enriquecer su vida y ofrecerles entretenimiento y consuelo cuando sus cuidadores no están presentes.
Cada gato es un individuo único con sus propias preferencias sociales. La creencia de que los gatos son animales solitarios está empezando a desmoronarse gracias a estudios que revelan lo contrario: pueden formar lazos profundos, tanto con otros miembros de su especie como con los humanos, y su comportamiento social es, en muchos casos, mucho más complejo de lo que se pensaba.