Todo sobre la custodia compartida de mascotas

Te contamos todo sobre la custodia compartida de mascotas

Cada vez es más habitual escuchar o leer las palabras »divorcio» y »separación». Son cosas que pasan: la relación que dos personas decidieron iniciar, poniendo mucha ilusión y ganas, se rompe. Es muy duro, tanto que algunos comparan este dolor con el que se siente tras el fallecimiento de un ser querido. Pero cuando hay mascotas la situación puede complicarse, sobretodo si se trata de gatos.

Estos animales detestan los cambios, además debemos de tener en cuenta que suelen preferir a un humano. Por eso, te vamos a explicar todo acerca de la custodia compartida de mascotas.

Nos hemos separado: ¿con quién se tiene que quedar el gato?

¿Con quién se queda el gato?

El gato es un animal de costumbres. No le gustan nada los cambios. De hecho, puede sentirse muy mal sólo por haber cambiado un mueble de sitio; ya ni imaginemos lo que sería un cambio de vivienda. Pueden pasar varios días y a veces semanas hasta que consiga adaptarse.

Cuando una persona de la familia se va, el peludo se va a dar cuenta de que ese ser querido ya no está. Es por eso por lo que hay que pensar bien con quién se ha de quedar el peludo, o si por el contrario se opta la custodia compartida. Pero, ¿cómo? Siempre hablando con la persona primero.

Antes de dejar en manos de un juez la decisión, va a ser mejor para todos -incluyendo el propio gato- tratar de llegar a un acuerdo amistoso con la ex pareja. De esta manera, se evitarán quebraderos de cabeza, y los gastos derivados del juicio. Ahora bien, si no conseguimos nada por esta vía, entonces sí, no quedará más remedio que emprender acciones legales.

Y es ahí donde la situación puede complicarse. El estrés, tanto de los humanos como del felino, será grande. Es más que probable que estemos todos más sensibles, más irritables. El felino podría empezar a tener comportamientos no deseados derivados de la tensión que está viviendo, como hacer sus necesidades fuera de la bandeja, arañar y/o morder cuando antes no lo hacía, gruñir cuando lo acariciemos.

Por todos estos motivos, será muy recomendable tratar de que todo vaya lo más rápido posible.

¿Puede mi ex pareja reclamar a mi gato?

Habla con tu ex pareja para llegar a un acuerdo sobre con quién se quedará el gato

Si el gato ya era nuestro antes del matrimonio y podemos demostrarlo (con la cartilla de vacunación o pasaporte del animal, recibo de adopción o factura de su compra) no tendremos que preocuparnos por nada. Pero, si el peludo fue adquirido o adoptado durante la relación, entonces se puede optar por resolver la situación de dos formas distintas:

Optar por la custodia única

Es, sin duda, la más complicada. Cuando se deja que una de las partes se quede con el gato, ésta deberá de indemnizar a su ex-pareja por la pérdida de los derechos de custodia y disfrute del animal, según explica la Fundación Affinity en su web.

Tratándose de un gato, y teniendo presente que los cambios ambientales le pueden causar muchos problemas, esta sería sin duda la mejor opción. Pero cuando ambas personas adoran y lo quieren, se puede pensar en la custodia compartida.

Custodia compartida de gatos

A veces ocurre que no se consigue llegar a un acuerdo amistoso. Por eso, una solución podría ser compartir la custodia. Cuando se solicite, se establecerá el régimen de visitas del animal, así como los cuidados que recibirá a partir de ahora. Por ejemplo, si uno de los miembros puede dedicarle más tiempo, se lo quedará él pero permitirá a su ex pareja visitarlo y llevárselo durante periodos de tiempo como pueden ser las vacaciones.

¿Y si hay niños?

Si hay niños en la familia, la sentencia puede variar. Puede que nos dé la custodia compartida, pero lo más seguro es que consigamos la única. ¿Por qué? Porque los pequeños suelen formar lazos muy fuertes con los animales, y si éstos se rompen, les supondrá un trauma importante. Además, la jurisprudencia aconseja no separarlos en casos de divorcio o separación de los padres.

Lo que hay que evitar: abandono o maltrato

Tras una separación, hay que hablar con el ex para decidir con quién se queda el gato

Es muy triste, pero tras una separación, el gato suele ser el que se lleva la peor parte. En el peor de los casos, acabará en la calle, donde puede ser atropellado por un coche en cuestión de pocos días; en el mejor, acabará en un refugio donde podrá estar bien atendido, pero estará tan triste y deprimido que puede necesitar mucha ayuda para salir adelante.

En España se abandonan muchos animales cada año. En el 2016 fueron 138.000 los que se recogieron, de los cuales 33.335 fueron gatos. No engrosemos esa lista con nuestro felino. Él no tiene la culpa de lo que ha pasado. Y eso por no hablar de que él no decidió compartir su vida con nosotros, sino que fuimos nosotros quienes decidimos llevarlo a casa. Cuidémosle como se merece.


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