¡Ay, la adolescencia! La que pasamos las personas es complicada, pero la de nuestro querido amigo tampoco se queda atrás. Al igual que un adolescente humano, el peludito nos va a desafiar a diario, y, del mismo modo que un padre y/o madre debe/n de hacer con su hijo, tenemos que ser muy pacientes y enseñarle, una y otra vez, a no hacer cosas que no puede llevar a cabo, como arañarnos o mordernos.
Pero además de la paciencia, necesitaremos algo más para conseguir que el peludito se convierta en un animal feliz. Así que vamos a ver cómo cuidar a un gato adolescente.
Alimentación
Un gato adolescente es un animal que tiene entre los 6 y los 12 meses, es decir, sigue siendo a ojos de todos los que nos encantan los gatos, un cachorro. Sigue creciendo, pero más lentamente. Aún así, como todo carnívoro necesita que le demos una alimentación de calidad, rica en proteína animal y pobre en cereales (de hecho, no debería de llevar ningún tipo de cereal, pues a menudo estos ingredientes son la causa de muchos problemas de salud como alergias e incluso enfermedades del tracto urinario como la cistitis).
Tampoco podemos olvidarnos de rellenar cada día su bebedero con agua limpia y fresca. Si vemos que no bebe mucho, lo ideal será comprar un bebedero tipo fuente en cualquier tienda de animales o de Internet. En el caso de que sospechemos que le pasa algo, lo llevaremos al veterinario.
Juegos
El gato aprende a través de los juegos. Esos momentos en los que se divierte con nosotros, jugando con una pelota, un peluche o una cuerda. Cada día tenemos que dedicar al menos tres sesiones de diez minutos cada una para que se divierta. Es joven: tiene mucha energía acumulada. Nosotros, como sus cuidadores, tenemos que encargarnos de que se desfogue, de que haga ejercicio mientras se lo pasa genial con su humano.
En las tiendas de animales encontraremos infinidad de juguetes para gatos, pero en casa seguramente tengamos cajas de cartón, cordones de zapatos viejos, pelotas de golf (o de un tamaño similar). Incluso podemos entretenerle mucho haciendo una pelota pequeña con papel de aluminio.
Higiene
Atrás han quedado el cachorrito que no prestaba demasiada atención a su higiene personal. El gato adolescente empieza a comportarse como un adulto, acicalándose varias veces al día para mantener su pelo brillante, limpio y, lo más importante, sano. Pero… (siempre hay un pero) el humano puede ayudarle a mantenerlo cepillándolo a diario y poniéndole un tratamiento antiparasitario (pipetas, collar o spray). De esta manera, ningún parásito podrá perjudicarle ni molestarle.
Asimismo, regularmente tendremos que limpiarle los ojos con una gasa humedecida en una infusión de manzanilla, y las orejas con un colirio específico.
Educación
¿Cómo educar a un gato adolescente? Para eso, se requiere mucha paciencia y constancia. Es necesario repetir muchas veces una misma acción para que la aprenda. Por ejemplo, cuando le enseñemos a no morder y/o a no arañar, si lo tenemos junto a nosotros en el sofá, lo bajaremos; y te puedo asegurar que volverá a subir, y volverá a mordernos/arañarnos, y tendremos que bajarlo de nuevo…, así hasta que se quede tranquilo que será cuando le demos su merecido premio (caricias, golosinas).
No hay que enfadarse. Los gritos, las caras de enfado, los malos tratos,… sólo sirven para que nos tenga miedo. Y no queremos eso, ¿verdad?
Veterinario
Durante esta etapa no suele necesitar ir al veterinario, pero si sospechamos que está enfermo o si ha tenido algún accidente, nos tocará llevarlo. Además, con 5-6 meses será muy, muy recomendable llevarlo a castrar, especialmente si tenemos intención de darle permiso para que salga al exterior. Esta es una operación de la que, por lo general, se recuperará muy rápido: los machos tardan unos dos días, y las hembras unos cinco.
Siguiendo los consejos que nos dé el profesional y dándole mucho cariño a nuestro amigo, en unos días volverá a estar como siempre 😉 .
Y tú, ¿cómo cuidas a tu gato adolescente?
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