Así como cuando nosotros nacemos, somos seres bastante débiles y delicados, los gatos bebés también lo son. Durante sus primeros días y semanas de vida, los gatitos necesitan de cuidados específicos para poder desarrollarse correctamente y convertirse en gatos sanos y equilibrados. Si un gatito carece de una madre que lo cuide, estos cuidados deben ser proporcionados por nosotros, lo que puede resultar una tarea desafiante pero increíblemente gratificante.
Al igual que otros animales bebés, los gatos cachorros son sumamente dependientes, por lo que requieren atención y dedicación para poder cubrir sus necesidades básicas. Estas incluyen desde la alimentación y la higiene hasta la socialización. A continuación, te explicamos detalladamente los cuidados esenciales para un gato bebé, tanto si tiene a su madre como si es huérfano.
Ubicación y espacio para tu gato bebé
Lo primero que debes tener en cuenta es dónde colocarás al gatito. Un gato recién nacido o muy joven necesita un lugar cálido, seco y alejado de corrientes de aire. Puedes colocar una cesta o una caja alta en una zona tranquila de la casa, preferiblemente sin tránsito frecuente de personas. Dentro de la cesta, es importante que haya ropa o mantas que produzcan calor, ya que los gatitos no pueden regular su temperatura corporal durante las primeras semanas.
Para asegurar una temperatura adecuada, especialmente durante la noche, puedes utilizar una bolsa de agua caliente, pero ten cuidado de que no esté en contacto directo con su piel para evitar quemaduras. También puedes optar por una manta térmica diseñada para animales.
La temperatura ideal para un gatito recién nacido debe estar entre 30 y 32 grados. A medida que el gatito crezca, alrededor de las 3 a 4 semanas, ya podrá regular mejor su temperatura corporal, por lo que puedes ir reduciendo el uso de calor externo.
Proporcionar amor y socialización
Desde el momento en que el gatito llega a casa, es crucial que empieces a proporcionar amor y contacto físico. Los gatitos necesitan acariciarse suavemente para que comiencen a asociar nuestras manos y piel con el bienestar. Esto es vital para su desarrollo emocional y social.
Este contacto gradual ayudará a que el gatito se vuelva más seguro y confiado, reduciendo posibles problemas de socialización en el futuro. Si tienes otros gatos o mascotas en casa, debes introducirlos poco a poco para evitar que el gatito se asuste o se sienta amenazado. Una introducción lenta y pacífica es clave para la convivencia armoniosa en el hogar.
Alimentación adecuada para un gato bebé
A la hora de alimentar a un gatito bebé, lo primero que debemos tener en cuenta es su edad. Los gatitos recién nacidos deben ser alimentados con leche materna durante las primeras cuatro semanas de vida, ya que contiene todos los nutrientes esenciales y los anticuerpos que necesitan para desarrollarse saludables.
Si no tienen a su madre o la madre no puede amamantarlos, debemos alimentarlos con una leche especial para gatitos. Esta leche se puede adquirir en tiendas de mascotas o clínicas veterinarias y debe administrarse cada 2 o 3 horas, incluidas las horas nocturnas. Nunca debemos darles leche de vaca, ya que su composición no es adecuada para ellos y podría causar diarrea o problemas digestivos graves.
Es recomendable usar un biberón diseñado para gatitos o una jeringa sin aguja para alimentarlos, asegurándonos de que el agujero en la tetina no sea demasiado grande para evitar que el gatito se atragante. La leche debe estar tibia, aproximadamente a 38 grados, y debemos asegurarnos de que el gatito esté en una posición cómoda, similar a la que tendría al amamantar de su madre.
Una vez que el gatito comienza a mostrar signos de querer comer alimentos sólidos, alrededor de las 3-4 semanas, podemos empezar a ofrecerle pequeñas cantidades de comida húmeda o croquetas remojadas en agua hasta que tenga la dentición completa y pueda comer alimentos sólidos por sí mismo.
Estimulación para hacer sus necesidades
Los gatitos recién nacidos no pueden hacer sus necesidades solos, por lo que normalmente es la madre quien estimula esta actividad lamiéndolos. En ausencia de la madre, necesitarás ayudarle tú mismo. Después de cada toma de biberón, toma un algodón húmedo o una toallita humedecida con agua tibia y frota suavemente el área anogenital del gatito.
Este proceso imita lo que haría su madre naturalmente y es crucial durante las primeras semanas de vida. La defecación y la micción deben ser estimuladas después de cada alimentación hasta que el gatito tenga aproximadamente 3 semanas de edad, cuando comenzará a poder evacuar por sí solo.
Cuidados médicos y desparasitación
Incluso aunque el gatito parezca estar en perfecto estado de salud, es indispensable llevarlo al veterinario para un chequeo general, incluso antes de que cumpla las 6 semanas de edad. El veterinario evaluará si el gatito tiene parásitos o posibles enfermedades y te indicará un plan vacunal adaptado a su edad.
En su primera visita, el veterinario también podrá recomendarte cuándo realizar la primera desparasitación, ya que es muy común que los gatos bebés se infecten con parásitos internos o externos como lombrices y pulgas.
El proceso de vacunación suele comenzar entre las 6 y 8 semanas de edad, dependiendo de la situación del gatito, y es fundamental seguir el calendario vacunal para garantizar su protección contra enfermedades graves como la panleucopenia y la leucemia felina.
Higiene y mantenimiento del entorno
Cachorros de Savannah con una semana de edad.
Es importante asegurarse de que el lugar donde el gatito duerme esté limpio en todo momento. Si el gato se ensucia, puedes limpiarlo utilizando un paño húmedo tibio, simulando los lamidos de la madre. No es recomendable bañar a un gatito recién nacido, ya que puede asustarse o enfriarse fácilmente, lo cual sería peligroso para su salud.
A partir de las 4 semanas, puedes empezar a enseñarle al gatito a usar el arenero para que haga sus necesidades. Asegúrate de que el arenero esté en una ubicación tranquila y que sea de fácil acceso para el gatito. Los gatos son animales muy limpios, por lo que el arenero deberá limpiarse regularmente.
Al seguir los cuidados anteriores, podrás asegurarte de que tu gato bebé crezca sano, fuerte y sociable. Con el paso de las semanas, a medida que vayas viendo sus avances, te sentirás aún más unido a tu pequeño felino.