¿Cuándo castrar a un gatito callejero?

Gatito gris

Tener una colonia de gatos controlada no siempre es fácil. Al estar en el exterior, los peludos tienen total libertad de poder ir y hacer lo que en ese momento deseen, incluso aunque los tengas en tu jardín, su instinto les va a llamar a explorar su entorno. Esto puede crear un problema: que las gatitas entren en celo antes de lo que, estábamos convencidos, harían.

Si pasamos mucho tiempo con ellos, es normal que se vuelvan muy cariñosos y sociables con nosotros, ya que a fin de cuentas, no sólo les damos comida, sino también compañía. Pero, para que no surjan imprevistos, es muy importante preguntarse cuándo castrar a un gatito callejero.

Cuando tenemos un gato en casa, bien controlado y sin posibilidad de salir al exterior, es muy recomendable esperar a que cumpla los seis meses. A esa edad tiene el tamaño y la energía más que adecuados para poder superar la operación sin dificultad, pero… si han aparecido gatitos en la colonia felina o en nuestro jardín y no hemos podido encontrarles un hogar o hemos decidido quedárnoslos, no queda otra que adelantar un poco la fecha de la castración.

¿Por qué? Bueno, la respuesta puede que te sorprenda: a partir de los 4 meses puede entrar en celo. No significa necesariamente que una gatita con esa edad pueda quedar embarazada (algo que por cierto, y aunque cueste creerlo, es posible), pero sí que a esa edad es cuando los felinos muestran un gran interés por salir de su entorno habitual. Y si hay una hembra en celo, aunque el gatito no tenga más que cinco meses por ejemplo, él también lo tendrá. Una vez ocurra esto, saldrá en busca de esa gata.

Gatito joven en el jardín

Si tenemos en cuenta todo esto, ¿cuál es el mejor momento para castrar a un gatito callejero? Cuanto antes. Por experiencia te puedo decir que la edad más aconsejable es, precisamente, a los cuatro meses. Se recuperan bien y rápido, tanto es así que en un par de días ya estarán como si nada hubiera pasado. Pero, ¿cómo saber que una gatita está en celo? Si ya de por sí ella es muy cariñosa, no es fácil saberlo.

Podremos intuirlo, o al menos sospecharlo, si se frota mucho en nuestras piernas, o si pide muchos más mimos de lo normal. Pero, sobretodo, si un gato nuevo comienza a estar por la zona, entonces casi seguro que la pequeña ha dejado la infancia atrás.

Si queremos que tenga una vida larga y feliz, la llevaremos a castrar.


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