A menos que tengamos alergia, dormir con un gato es una de las experiencias más bonitas que podemos tener. Es una manera muy tierna de demostrarle al peludo lo mucho que le queremos, algo que es muy importante.
Pero, ¿cuáles son los beneficios de dormir con un gato?
Se fortalece el vínculo entre persona y gato
El gato es un animal que puede llegar a ser muy cariñoso, que disfrutará con las caricias que le demos, pero lo cierto es que si adoptamos a uno más bien tímido podremos tener dudas sobre cuándo quiere mimos. Una manera de ganarnos la confianza de este peludo es compartiendo nuestra cama con él. Así, hasta el felino más solitario no tardará mucho en acercarse a nosotros y acurrucarse en una esquina.
Se protegen mutuamente del frío
Cuando las temperaturas bajan necesitamos a alguien o a algo que nos dé calor. Podemos optar por mantas, o incluso un edredón nórdico si somos muy frioleros, pero si queremos además tener compañía nada mejor que un gato. Nuestro querido gato, el cual seguro que agradecerá pasar la noche junto a nosotros si por el día lo hemos »cansado» un poco (encontrarás más información sobre este tema aquí).
El gato es un buen masajista
Si la relación entre humano-gato es buena, al felino le encantará »amasar». Éste es un comportamiento que muestran los gatitos lactantes cuando están siendo amamantados, pero que suelen mantener una vez adultos. Si vemos que el nuestro lo hace, podremos estar seguros de que se siente muy feliz a nuestro lado, especialmente si tratamos de compartir nuestro tiempo libre -también el de la noche- con él.
Tendremos un buen despertador
Los despertadores pueden fallar, pero el gato no. Si nos cuesta levantarnos por las mañanas nuestro peludo nos »obligará» a hacerlo para que le demos su comida, le cambiemos el agua del bebedero, o para que le cedamos nuestro sitio en la cama para que pueda echarse una siesta mientras no estemos.
Por todos estos motivos, dormir con un gato siempre es un placer. 🙂