El verano puede suponer un auténtico desafío para los gatos, sobre todo ante la subida de temperaturas y los días de calor intenso. Aunque muchos felinos parecen llevar bien el calor gracias a su naturaleza adaptada, lo cierto es que necesitan ciertos cuidados específicos para evitar riesgos como la deshidratación, el golpe de calor o el letargo. Si vives con uno o más gatos, nunca está de más prestar atención a estos detalles para garantizar que disfruten del verano sin sobresaltos.
Durante los meses de más calor, pequeños cambios en el ambiente, la alimentación y las rutinas pueden ayudar mucho a que tu gato esté más fresco y evites problemas comunes en esta época. Desde la colocación de los bebederos hasta los trucos para que coman mejor, cada gesto cuenta y puede marcar la diferencia entre un verano aburrido y uno en el que tu compañero felino se sienta cómodo y seguro.
Hidratación: agua fresca siempre a mano
Mantener a tu gato correctamente hidratado debe ser la prioridad número uno en verano. Aumentar los puntos de agua en casa facilita que tu gato encuentre bebida sin dificultad y beba con más frecuencia. No hay problema en colocar cuencos en varias habitaciones, en especial allí donde normalmente le gusta descansar. Además, si ves que le cuesta acercarse a los bebederos habituales, prueba con fuentes de agua automáticas, que suelen resultarles muy atractivas por el sonido y el movimiento.
Otra estrategia efectiva es cambiar el agua varias veces al día para que esté siempre fresca, evitando que se caliente o ensucie. Si sales de casa muchas horas, coloca algún recipiente grande para que no se quede sin agua aunque pases parte del día fuera.
Alimentación adaptada al calor: comida húmeda y snacks refrescantes
En los días con más calor, los gatos pueden perder el apetito o rechazar la comida seca si notan que está caliente o dura. Por eso, es recomendable incorporar comida húmeda en su rutina diaria: ayuda a que se hidraten más fácilmente y suele ser más apetecible en ambientes calurosos. Puedes repartir pequeñas cantidades durante el día y conservar el alimento en la nevera para que esté fresco en el momento de servirlo.
Una idea práctica es preparar snacks caseros enfriando chuches líquidas para gatos o haciendo cubitos de caldo sin sal ni aditivos, que pueden lamer como un helado. Esta alternativa lúdica suele encantarles y les ayuda a bajar la temperatura corporal.
Evita el calor excesivo: sombra y lugares frescos
Los gatos buscan instintivamente los rincones más frescos de la casa para dormir durante las horas centrales del día. Si tienes terraza o jardín, asegúrate de que haya zonas de sombra y acceso al interior de la vivienda en todo momento. En pisos, puedes cerrar cortinas en las habitaciones más calurosas o usar estores para que la luz y el calor no entren a plomo.
Coloca camas o mantitas en lugares resguardados, como detrás de los muebles, bajo la cama o cerca de paredes frescas, donde suelen tumbarse a descansar. También puedes dejar a su disposición toallas humedecidas o, si lo toleran, alternativas como mantas refrigerantes especializadas.
Medidas preventivas contra los parásitos
Con el calor, aumenta el riesgo de pulgas, garrapatas y otros parásitos que pueden afectar tanto a gatos que salen al exterior como a los que viven en interiores. Es fundamental revisar su pelaje periódicamente, sobre todo si notas que se rasca más de la cuenta. Consulta con el veterinario cuál es el método más recomendable para prevenir infestaciones, ya sea con pipetas, sprays o collares específicos para gatos.
Si compartes el hogar con varios animales o has adoptado recientemente, extrema la limpieza de camas y rincones donde suelen dormir, pasa la aspiradora y lava mantas o cojines con regularidad. Este tipo de prevención es especialmente útil en verano, cuando las condiciones favorecen la proliferación de parásitos.
Vigila signos de golpe de calor y otros riesgos
A pesar de los cuidados, es importante estar atento a posibles señales de malestar por las altas temperaturas. Un gato que jadea, está apático, respira de forma acelerada o muestra mucosas más rojas de lo habitual puede estar sufriendo un golpe de calor. En estos casos, trasládalo de inmediato a un lugar fresco, humedecer su cuerpo con una toalla mojada en agua templada (nunca helada) y contactar con el veterinario.
Recuerda que no es recomendable usar ventiladores apuntando directamente al animal, ni dejarle en habitaciones cerradas y mal ventiladas. Si usas aire acondicionado, procura que la temperatura sea confortable y que no produzca cambios bruscos de temperatura entre estancias.
Más trucos y bienestar emocional
Durante el verano, puedes enriquecer el ambiente de tu gato con juegos tranquilos y caricias para que el calor no le reste bienestar emocional. Si ves que está apático o muy inactivo, anímale con juguetes suaves, pero sin forzarle a jugar intensamente; los gatos suelen autorregular su nivel de actividad según la temperatura del entorno.
Para los más golosos, prueba a ofrecer heladitos de chuches líquidas de vez en cuando, o esparce trocitos de comida húmeda por la casa para que los busque. Esto estimula su olfato y mantiene su mente ocupada, ayudando a que pasen el verano más entretenidos.
Implementando estas medidas, los gatos podrán sobrellevar las jornadas de calor mucho mejor. Una atención extra en estos meses marca la diferencia para mantenerlos sanos, activos y contentos pese a la subida del termómetro.