¿Quién no ha escuchado decir más de una vez que los gatos y los perros no se llevan bien? Esto, aunque puede ser cierto en muchos casos, no siempre es así. Si los socializamos correctamente y procuramos que tanto el felino como el can se respeten mutuamente, la amistad que surgirá entre ellos será maravillosa.
Así que si alguna vez has pensado en adoptar a un perro teniendo gato, o viceversa, y no sabes cómo conseguir que se lleven bien, sigue estos consejos para mejorar la convivencia entre perros y gatos.
Socializa al cachorro
Si tienes un gatito o un perrito, lo primero que te recomiendo hacer es que lo socialices con otros animales. A los cachorros les es muy fácil llevarse bien con cualquier peludo, siempre y cuando se vayan presentando poco a poco teniendo a uno en una habitación durante unos días e ir intercambiando las camas hasta que al quinto día se presentan oficialmente; en cambio a los adultos les cuesta bastante más.
Adopta un peludo que tenga un carácter similar
Para que se lleven bien ambos, es fundamental que los dos tengan más o menos el mismo carácter. Si llevas a casa un peludo muy activo y tienes ya uno que es más bien tranquilo, lo más probable es que no se lleven demasiado bien. Por el contrario, si ambos son tranquilos o ambos muy inquietos, se llevarán de maravilla.
Perro ¿grande o o pequeño?
Depende de varias cosas: del tamaño de la vivienda, del carácter que tenga, de cómo sea el gato, y también de ti mismo/a. Si el perro ha tenido contacto con gatos antes y no ha tenido ningún problema, el tamaño dará lo mismo. Ahora bien, si tu gato nunca antes ha visto a un can, es aconsejable que adoptes a uno que sea pequeño, por si acaso.
Establece límites
Tanto al perro como al gato. No puedes dejar que muerdan ni arañen, ni los muebles, ni a las personas, ni a ellos mismos si es con intención de hacer daño (sabrás que hay problemas cuando se les eriza el pelo de la espalda y de la cola, se miran fijamente, gruñen y el gato bufa). Aunque debes tener presente que no debes de entrometerte demasiado en su relación. Protegerlos, sí, pero obligarles a que estén juntos cuando en ese momento prefieren estar separados, no.
Recompénsalos
No pueden faltar los premios. Dales muchos mimos a los dos para que sepan lo mucho que les quieren. Sorpréndelos de vez en cuando con comida especial (latas o comida casera), o cógelos en brazos nada más llegar y dales muchos besos.
Los gatos se pueden llevar bien con los perros, si les echamos una mano 🙂 .