Los gatitos, desde que nacen hasta los dos meses, dependen de su madre para poder sobrevivir. Ella será la que les enseñe todo lo necesario para ser gato: cómo debe comportarse con sus hermanos y otros animales o humanos, cómo y cuánto debe jugar, cómo actuar si se siente incómodo o tenso,… Como vemos, el papel de una madre es muy importante. De hecho, las crías que son separadas antes de las ocho semanas de edad a menudo tienen problemas de comportamiento. Problemas que se acentúan si no se han socializado correctamente.
Estos peludos, desde los dos hasta los tres meses, deben de tener contacto con todo aquello que formará parte de sus vidas una vez alcanzada la edad adulta. Por eso, te voy a explicar cómo socializar a un gato.
El ambiente familiar debe ser tranquilo
Para que nuestro gatito se convierta en un gato sociable, es importante que, ya desde el primer momento que lo tenemos en casa, nos aseguremos de que el ambiente sea tranquilo y sobretodo seguro para nuestro amigo. Por ello, es recomendable ubicarlo primero en una habitación durante 3-4 días, e ir ampliándole el espacio poco a poco.
Paciencia, respeto y constancia: las tres claves para que el gato sea feliz
Debemos acercanos al gato poco a poco, sin hacer movimientos bruscos puesto que podríamos asustarlo. Una manera de que nos coja confianza rápidamente es ofreciéndole una golosina para gatos. Al principio no es aconsejable acariciarlo, pero con el paso de los días podremos hacerlo ya que cada vez confiará más en nosotros.
A partir de entonces daremos un paso más y lo cogeremos en brazos durante unos minutos. Es posible que el gato se resista un poco, pero pronto se acostumbrará… y seguro que le acaba gustando 😉 , sobretodo si comienzas a jugar con él después de abrazarlo.
Con estos consejos, con el tiempo y con mucho cariño, conseguiremos que la vida de nuestro gato sea feliz.