Hablar de este tema no es nada fácil, pero en un blog como este se tiene que hablar de todo lo relacionado con los gatos: lo bueno, lo curioso, pero también lo malo. La muerte es el final de la vida, y a todos nos terminará llegando. Nuestros peludos viven muchos menos años que nosotros, un motivo más que suficiente para demostrarles lo mucho que les queremos todos los días.
A medida que pasan los años iremos viendo que envejecen, que ya no tienen tantas ganas de jugar como antes. Pero tenemos que ser conscientes de que algún día identificaremos algunos detalles que nos indicarán que, lamentablemente, su final está cerca. Descubre cómo saber si un gato se va a morir.
Observa si come y bebe
Un gato sano comerá entre 4 y 5 veces al día y beberá pequeños sorbos de agua. Si está a punto de morir veremos que el comedero y el bebedero están siempre prácticamente llenos. Como consecuencia de la pérdida de apetito, utilizará menos su arenero y, además, el peludo podría hacer sus necesidades donde no debería por la pérdida del control de su tracto urinario.
Acércate a él y huélelo
El mal olor es la señal que ninguno de nosotros quiere notar en sus gatos. Es la prueba de que el animal ha llegado al final de su vida. Esto es así porque cuando los órganos dejan de funcionar, las toxinas se le van acumulando, causando así el característico olor.
Comprueba si quiere estar solo
El gato moribundo busca la soledad para poder estar tranquilo. Puede esconderse debajo de los muebles o de la cama, o en algún lugar del exterior.
Revisa si tiene problemas para respirar
Un gato sano toma entre 20 y 30 respiraciones por minuto. Cuando el corazón se debilita, los pulmones no trabajan bien y por lo tanto se bombea menos oxígeno en el torrente sanguíneo. Esto lo que hace es que al principio el animal tenga que tomar aire con más frecuencia, y que luego la respiración se vuelva más lenta y dificultosa pues los pulmones se llenan de líquido.
Si has observado cualquiera de estos síntomas en tu gato, o si sospechas que está enfermo, no lo dudes: llévalo al veterinario lo antes posible.