La rabia es una enfermedad de origen vírico que, si bien se asocia comúnmente con los perros, puede ser contraída por cualquier mamífero, incluidos nosotros los seres humanos y también los gatos.
Es extremadamente peligrosa, por lo que es crucial identificar los primeros síntomas para evitar nuevos contagios. Si no tienes claro cuáles son, continúa leyendo porque aquí te explicaremos cómo saber si tu gato tiene rabia y cómo prevenirla.
¿Qué es la rabia?
La rabia es una enfermedad infecciosa viral provocada por el virus del género Lyssavirus, que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Esta enfermedad afecta directamente al sistema nervioso central, ocasionando inflamación en el cerebro, lo que puede desencadenar síntomas neurológicos graves.
El virus se transmite principalmente a través de la saliva de un animal infectado, generalmente mediante mordeduras. También es posible el contagio si la saliva entra en contacto con heridas abiertas o membranas mucosas, como la boca, los ojos o la nariz.
Una vez dentro del organismo, el virus viaja a través de los nervios periféricos hacia el cerebro, lo que puede tardar desde días hasta meses, dependiendo de factores como la cantidad de virus transmitido, la gravedad y la ubicación de la herida.
Síntomas de la rabia en gatos
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas de la rabia en gatos se manifiestan en tres fases bien diferenciadas:
- Fase prodrómica: Dura entre 2 y 5 días. En esta etapa inicial, los gatos presentan cambios de comportamiento, como nerviosismo extremo y miedo. También pueden lamerse excesivamente la herida por donde se infectaron.
- Fase furiosa: Es la más peligrosa y característica. El animal puede volverse agresivo, presentar convulsiones, espasmos musculares y exceso de salivación. Durante esta fase, suele rechazar la luz y los ruidos, buscando lugares aislados.
- Fase paralítica: El virus causa parálisis progresiva, empezando por las extremidades y extendiéndose al resto del cuerpo. Esto puede provocar insuficiencia respiratoria y la muerte en pocos días.
Es importante destacar que no todos los gatos desarrollan las tres fases. Algunos pueden presentar una forma de rabia silenciosa, que pasa directamente de la fase prodrómica a la paralítica.
Otros síntomas adicionales incluyen fiebre, vómitos, pérdida de peso, falta de apetito, incoordinación o comportamiento inusualmente cariñoso antes de volverse agresivo.
Prevención de la rabia
Por desgracia, la rabia no tiene cura. Una vez que aparecen los síntomas, es fatal en todos los casos, tanto en animales como en humanos. Por este motivo, la prevención es la mejor estrategia para combatirla.
Vacunación antirrábica
La vacunación es el método más eficaz para prevenir la rabia. Los gatos deben recibir su primera vacuna contra la rabia cuando tienen entre 12 y 16 semanas de edad. Posteriormente, dependiendo de las regulaciones locales y las recomendaciones del veterinario, serán necesarios refuerzos anuales o cada tres años.
En algunas comunidades autónomas de España, como Andalucía, Murcia o Ceuta, la vacunación antirrábica es obligatoria, mientras que en otras, como Cataluña o Asturias, es opcional. Sin embargo, se recomienda vacunar a todos los gatos, especialmente si tienen acceso al exterior o pueden entrar en contacto con animales salvajes.
Consejos para minimizar riesgos:
- Evitar el acceso al exterior por la noche: Durante la noche, los gatos tienen más probabilidades de encontrar animales infectados, como murciélagos o zorros.
- Control veterinario regular: Mantén al día todas las vacunas y revisiones de tu mascota.
- Evitar el contacto con animales callejeros: Si un animal desconocido muerde o araña a tu gato, consulta de inmediato a un veterinario.
Qué hacer si un gato con rabia muerde a una persona
Si un animal infectado te muerde, actúa de inmediato:
- Lava la herida con abundante agua y jabón durante al menos 15 minutos.
- Consulta a un médico lo antes posible para recibir tratamiento profiláctico postexposición (PEP).
- Asegúrate de informar sobre la mordedura a las autoridades sanitarias locales.
Gracias a los avances en medicina, la profilaxis postexposición puede prevenir el desarrollo de la enfermedad si se administra rápidamente.
Proteger a tu gato y a tu familia de la rabia es una responsabilidad que puede evitar tragedias. Mediante la vacunación adecuada y la prevención de situaciones de riesgo, podrás mantener a tu felino sano y feliz, además de protegerte a ti y a tus seres queridos de esta terrible enfermedad.