Los gatos son animales muy listos y muy curiosos, pero esa curiosidad a veces les juega malas pasadas. Tanto si sale al exterior como si se queda dentro del hogar encontrará peligros que pueden poner en peligro su vida, por lo que es muy importante que se tomen todas las medidas necesarias para que nuestro amigo no acabe en el veterinario.
Aún así, los accidentes, aunque son fácilmente evitables, pueden ocurrir. Teniendo esto en cuenta, vamos a ver cómo saber si a mi gato lo envenenaron.
Cómo detectar que tu gato ha sido envenenado
Un gato que ha ingerido algo tóxico enseguida verás que su comportamiento cambia radicalmente. Le costará respirar, incluso puede tener dificultad para caminar, y además puede comenzar a babear mucho, un síntoma de que puede estar tratando de expulsar el líquido a través de la boca.
Otras señales que nos indicarán que ha sido envenenado son:
- Vómitos
- Diarreas
- Hace ruidos al respirar
- Su corazón le empieza a latir más rápido de lo normal
- Convulsiones
- Pérdida de la consciencia
Enseguida que detectes alguno de estos síntomas, debes acudir inmediatamente a tu clínica veterinaria más cercana, ya que de ello puede depender que tu gato pueda recuperarse.
Mi experiencia
No me gustaría terminar el artículo sin contar antes mi experiencia. De esta manera, quizás consiga -o eso espero- que mantengas en la medida de lo posible la calma, al mismo tiempo que veas lo realmente importante que es el actuar rápido.
Bien. Hace cuestión de dos años a una las gatas de la colonia que estoy cuidando le puse una pipeta para las pulgas y garrapatas. Al cabo de unas horas, me la encontré muy cambiada: apenas podía caminar, y tenía muchas dificultades para respirar. Enseguida la llevé al veterinario, quien me dijo que »tal vez» había tenido una reacción alérgica al insecticida.
La cuestión es que tras hacerle varias pruebas, y de inyectarle una serie de medicamentos -debo confesar que no sé de qué tipo, porque me dejaron en la sala de estar-. Cuando pude verla estaba algo mejor. Sin embargo me dijeron que era una situación complicada, que no sabían si se salvaría o no.
Estuvo una semana muy decaída, en la que apenas comía. De hecho, adelgazó bastante. Poco a poco, con paciencia, mucho cariño y unas cuantas visitas más a la clínica, consiguió recuperarse de un edema pulmonar provocado por la pipeta.
Así, insisto, a la mínima sospecha de que tu gato ha ingerido algo tóxico, acude al veterinario. Sólo así se podrá salvar.
Mucho ánimo.