Cuando nuestro querido gato tiene alguna enfermedad ocular el veterinario nos va a recomendar que le echemos una o dos gotas de algún colirio. Pero si ya es difícil darle un medicamento por vía oral, echarle gotas en sus preciosos ojos puede llegar a resultarnos una tarea casi imposible.
Aún así, a veces no queda más remedio que ser pacientes y »obligar» al gato a que se esté lo más quieto posible para poder ponérselas, ya que de lo contrario no podría sanar. La cuestión es, ¿cómo poner gotas en los ojos a un gato sin que termine enfadado con nosotros?
Lo importante es que estemos tranquilos. Si estamos nerviosos el gato lo va a notar y se va a poner tenso incluso antes de que le hagamos nada. Por lo tanto, si es necesario nos iremos a una habitación solos y haremos unas cuantas respiraciones profundas, soltando el aire lentamente hasta que hayamos conseguido calmarnos. Después, sólo será cuestión de actuar con normalidad.
Es cierto: el felino es muy inteligente y, al observarnos, puede intuir lo que vamos a hacer, pero esto es algo a lo que tenemos que restar importancia. Ponerle gotas no es nada del otro mundo ; además, cuando un veterinario nos recomienda ponérselas, es porque realmente lo necesita. Así que por su propio bien, abriremos el colirio y lo dejaremos en una mesa, cerca de donde estemos, y lo llamaremos mostrándole una golosina para gatos y dándosela en cuanto se haya acercado.
Imagen – Consumer.es
Antes de nada, es muy aconsejable mimarlo un ratito, con caricias o incluso juegos, así la experiencia no será tan desagradable para él. Eso sí, cuando hayan pasado un par de minutos, cogeremos al gato y lo pondremos encima de la mesa. A continuación, le sujetaremos suavemente pero con firmeza la cabeza.
Luego, le mantendremos el ojo abierto con los dedos de una mano, y con la otra le pondremos las gotas situando el colirio a una distancia de 1 centímetro (más o menos) del ojo. Cuando hayamos acabado, le daremos unas cuantas golosinas como premio.
Y listo. Así más pronto que tarde se recuperará .