El peludito, ese joven animal felino al que tanto le gustar moverse, correr, y mantenerse muy activo mientras está despierto. Tenerlo en casa es una experiencia increíble, ya que no hay días aburridos. Siempre te saca una sonrisa o te hace reír con sus travesuras. Pero, ¿cómo jugar con un gatito?
Cuando se trata de divertirnos juntos hay que tener mucho cuidado con los movimientos que hagamos y con el juego mismo, ya que se trata de un animal de cuerpo frágil que aprende por imitación, y que además posee una excelente memoria.
Mucho más que un juego
El gatito, aunque sea pequeño, llegará un momento que será adulto. Crece a un ritmo mucho más rápido que nosotros, puesto que con seis-ocho meses la mayoría de las razas -excepto las de tamaño grande como los Maine Coon o los Siberianos que tardan un poco más- ya casi han terminado su desarrollo físico. Durante sus primeros meses de vida, el felino va a jugar con sus hermanos o con su familia humana por dos motivos: para divertirse y para convertirse en un depredador.
Esto es algo que debemos de tener muy en cuenta. El gato, en su estado natural, caza animales para sobrevivir. Por ello, el juego de su más tierna infancia es muy importante. Con él, debe aprender a acechar, a atrapar, y a morder con la fuerza necesaria, pues de lo contrario no sobrevivirá.
Aunque es cierto que si vive en casa con una buena familia no tiene que preocuparse por nada, no se puede luchar contra la genética.
Precauciones a tomar cuando se juega con un gatito
No soy ni mucho menos experta, pero tras haber convivido con varios gatos a lo largo de mi vida, y por convivir en estos momentos con 4 de ellos, siendo uno una gatita, puedo decir que para que el juego sea divertido para ambas partes -felina y humana-, hay que hacer lo siguiente:
- No hay que usar nunca las manos ni los pies: el gatito, sobretodo si es muy joven, va a querer morderlo absolutamente todo. Puede que no te haga daño, pero si dejas que te muerda, lo seguirá haciendo una vez adulto. Por ello, debes poner siempre un juguete entre tú y el animal, siempre. En el caso de que te quiera morder, detén el juego y bájalo del sofá (o de donde esté).
- No hay que hacer movimientos bruscos: con los movimientos bruscos lo que se conseguirá es que el gatito tenga o más ganas de morder, o miedo.
- Mantener los objetos peligrosos (punzantes, tóxicos) alejados de él: es muy importante. El gatito corre muy rápido, y cuando lo hace no va con tanto cuidado como lo hace un adulto, de modo que podría hacerse daño. Además, tiene muchísima curiosidad, tanto es así que se dedica a explorar todo lo que hay en la vivienda a diario. En el caso de que haya una planta nueva, es probable que se acerque a, como mínimo, olerla.
- Hay que evitar gritar: el peludito tiene un sentido del oído mucho más desarrollado que el nuestro, hasta el punto de que puede escuchar el sonido de un ratón a 7 metros de distancia. Si gritamos, le asustaremos.
Esperamos que estos consejos te sirvan para que tu amiguito y tú os lo paséis bien 🙂 .