¿Cómo hacerle la vida más fácil a un gato?

Gato atigrado feliz

Cuando convivimos con un peludo queremos que sea un animal que lleve una buena vida y que, sobretodo, sea feliz. Sin embargo, a veces podemos olvidar que por sus venas corre sangre felina, es decir, que aunque se pueda adaptar a vivir en un piso o en un apartamento, no deja de ser un depredador.

Tiene garras con las que puede atravesar la piel, unos dientes lo suficientemente fuertes para romper huesos de sus víctimas (roedores y pequeños pájaros), un sentido del oído que le permite escuchar el sonido de un ratón a siete metros de distancia, y una visión potente gracias a la cual puede ver de noche. Si queremos saber cómo hacerle la vida más fácil a un gato tenemos que tener muy en cuenta todo esto, ya que será la única manera de que consigamos que, realmente, sea feliz.

Tenemos que respetar al gato como especie (Felis catus) y como individuo (Blacky, Sasha, o como lo hayamos llamado), pues ambos (especie e individuo) forman parte de nuestro querido amigo. Sabiendo esto, es necesario que antes siquiera de llevarlo a casa adquiramos aquello que va a necesitar: rascador (o varios) que usará para afilar sus uñas y trepar, una comida de alta calidad (sin cereales) que le permita crecer fuerte y sano, juguetes aptos para gatos (cuerdas, pelotas pequeñas con o sin sonido, juguetes interactivos para gatos,…) que usaremos cada día para que se entretenga, y paciencia.

Es cierto. La paciencia no es algo material y por lo tanto no se puede comprar, pero si no somos personas pacientes tendremos que tranquilizarnos si queremos vivir con un gato. ¿Por qué? Porque va a querer subirse a los muebles y puede que los arañe, y mientras sea jovencito va a ser un torbellino 😉 .

Gato blanco y negro feliz

Por supuesto, hay que dedicarle tiempo y enseñarle que hay cosas que no puede hacer, como arañarnos o mordernos, pero para eso hay que ser muy constante. El gato no lo va a aprender en dos días, ni en tres ni en cuatro. Va a necesitar mucho más tiempo. De todas formas, tienes que saber que con cariño y paciencia todo es posible. Con gritos y malostratos no se conseguirá nada, sólo que te tenga miedo.

Por último, siempre que vivas en una zona tranquila (campo, pueblo pequeño o poco poblado) te recomiendo muy mucho que dejes que salga al exterior. Fuera hay muchos más estímulos que dentro de casa, de modo que podrá hacer vida de gato y, al regresar, se sentirá mucho más relajado. Eso sí, para evitar perderlo tienes que ponerle un collar con una placa identificativa o, aún mejor, un collar con GPS. Asimismo, será necesario, además de vacunarlo, llevarlo a castrar antes de que tenga el primer celo (un gato castrado no se aleja tanto como uno »entero»: mientras que el macho castrado se va unas tres manzanas como máximo y la hembra castrada una, el macho entero se aleja 4-5 manzanas y la hembra 2-3).

Con estos consejos, podrás asegurarte de que tu peludo va a ser muy, muy feliz. 🙂


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