Los gatos son animales muy limpios; de hecho, lo son tanto que parecen estar obsesionados con su higiene personal. Aunque esto tiene su por qué: son depredadores, pero ellos también son presas de otros animales más grandes y fuertes, por lo que pasar desapercibido no es que sea importante, es que podría salvarles la vida.
Cuando viven con nosotros no tienen que preocuparse de ese tipo de peligros pues no lo hay (o no debería de haberlo), pero esa necesidad de estar limpios les puede traer otros beneficios: los de la malta. ¿Quieres saber qué es y cómo darle malta a un gato? Sigue leyendo 😉 .
¿Qué es la malta para gatos?
Se trata de un producto de origen vegetal de color similar al que tiene la miel aunque con la textura más densa compuesta por extracto de malta, fibra, derivados lácteos, aceites y grasas vegetales, y levaduras. También suele contener colorantes, vitaminas y conservantes.
La encontraremos a la venta en forma de tubo con tapa, en cualquier tienda de animales e incluso en los supermercados.
¿Para qué sirve?
Los gatos, durante su aseo diario, ingieren gran cantidad de pelos muertos que serán dirigidos hacia su sistema digestivo. Cuando esa cantidad es excesiva, se forman bolas de pelo o tricobezoares. Pues bien, los animales pueden necesitar una ayuda extra para expulsar estas bolas, y qué mejor que darles malta y evitarles los síntomas tan molestos y desagradables como lo son los vómitos, las náuseas o la dificultad para defecar.
¿Cómo se la doy?
Para darles malta a los gatos tan solo hay que poner un poco (como una bolita del tamaño de una almendra) en su pata y dejarlos tranquilos. Por instinto se lamerán. Por lo general, les suele gustar, pero si notas que les gusta más una marca que otra, es normal 🙂 . Cada una tiene una composición algo diferente, pero en lo importante, que es en el contener extracto de malta, coinciden todas.
Eso sí: dales dos veces a la semana, o cuatro si tienen el pelo largo. Durante la muda de pelo, les podrás dar cada día, una vez.
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