Cómo cuidar las orejas del gato. Las orejas son una parte del cuerpo muy importante para estos animales, pues no sólo les sirven para mantener el equilibrio, sino que además les permiten escuchar sonidos tan tenues como el de un roedor a la increíble distancia de 7 metros. Por ello, una de nuestras responsabilidades para con él es mantenérselas limpias, pero ¿cómo?
A nuestro amigo no suele gustarle mucho que le manipulen las orejas, por lo que no nos quedará más remedio que preparar la habitación (y a nosotros mismos) antes de ponernos a ello.
Así pues, antes de empezar hay que respirar hondo todas las veces que sean necesarias, soltando el aire poco a poco. Sólo una vez que nos sintamos realmente cómodos y, sobretodo, tranquilos, nos pondremos manos a la obra. De hacerlo antes, lo único que conseguiríamos es que el peludo se sienta muy estresado, con lo cual podría llegar a mordernos y/o a arañarnos, de ahí que sea tan importante que estemos tranquilos/as.
Hecho este primer paso, lo que toca hacer ahora es preparar aquello que vamos a necesitar, que es: unas gasas limpias y un colirio para las orejas de los gatos que nos haya prescrito el veterinario. En el caso de que nuestro felino sea por lo general nervioso, también necesitaremos una toalla.
Cuando lo tengamos todo, tocará pasar al siguiente paso: limpiarle las orejas. ¿Cómo hacerlo? Así:
- Una persona debe coger al gato con suavidad, y colocarlo de manera que quede agachado sobre una superficie plana. Si es un animal nervioso, para evitar riesgo innecesarios se le envolverá con una toalla.
- Mientras lo sujeta, la otra persona debe de humedecer una gasa con un poco de colirio, y pasársela sobre el pabellón auditivo (la parte más externa) de la oreja.
- Enseguida que esté limpia una, limpiará la otra usando otra gasa.
Estos pasos hay que repetirlos al menos una vez por semana. De esta manera, nos aseguraremos de que sus orejas están perfectamente cuidadas.