Cómo cuidar a un gato con ceguera

A menudo cuando vemos a un gato que está ciego de uno o de ambos ojos nos preocupa tanto que queremos protegerlo al máximo para que no se haga ningún tipo de daño. Y esto no es del todo adecuado, ya que lo único que conseguiríamos es que el animal se vuelva muy dependiente de nosotros, y eso podría suponer un serio problema cuando, por ejemplo, nos tuviésemos que ir a trabajar. El peludo se sentiría muy solo, y podría acabar teniendo tanta ansiedad que, incluso, podría llegar a hacerse daño sin darse cuenta.

Para evitarlo, te voy a explicar cómo cuidar a un gato con ceguera.

Cuidarlo, sí, pero sin sobreprotegerlo

Tanto si nació ciego como si ha ido perdiendo la visión progresivamente, no hay que sobreprotegerlo. La ceguera sí que es cierto que supone una limitación para el gato, pero también lo es que se puede llegar a adaptar muy bien a su condición. Y es que, al igual que ocurre con los humanos, al perder un sentido, los otros parece como si se desarrollasen más.

Así pues, no podrá ver, pero es muy probable que, por ejemplo, sus oídos escuchen sonidos que nosotros ni siquiera podemos imaginar que se está produciendo. Aunque, por supuesto, eso no significa que no tengamos que hacer algunos cambios en casa.

Convivir con un gato ciego

Para que el peludo pueda seguir haciendo vida normal, hay una serie de cosas que tenemos que hacer (y no hacer). Son las siguientes:

Poner una barrera en las escaleras para que no pueda subir ni bajar por ellas, al menos sin que una persona esté con él.
Guardar todos los objetos punzantes, y también aquellos que son tóxicos, como los productos de limpieza.
Hay que animarle a caminar y a correr, esparciando golosinas para gatos por el hogar, y dedicando unos minutos cada día a jugar con él.
No hay que cambiar de sitio sus cosas: comedero, bebedero, cama…
Obviamente, no hay que dejar que salga al exterior, ni siquiera si sólo tiene un ojo ciego. Es muy peligroso.