El gato británico es un peluche al que le encanta que le acaricien. Disfruta pasando el tiempo con la familia y con los niños, pues a diferencia de otras razas, su comportamiento juvenil se mantiene, como mínimo, hasta los dos años de edad.
Es el peludo ideal, por lo que te vamos a decir cómo cuidar a un gato británico.
Cepillado
Es muy importante cepillarlo a diario para evitar que se formen nudos. Para que le sea más fácil acostumbrarse, empezaremos a hacerlo desde el primer día en el que llega a casa. Así, además, evitaremos que vaya dejando pelos por los muebles.
Atención veterinaria
Siempre que nos llevemos a un nuevo animal a casa, tenemos que ser conscientes de que tendremos que hacer una hucha para los posibles gastos veterinarios. Hay visitas que son obligatorias, como cuando tenemos que ponerle las vacunas, pero también puede ocurrir que, en algún momento de su vida, tenga algún problema o enfermedad seria, como riñones poliquísticos.
Juegos
Como decíamos, el gato británico es un animal juguetón y travieso durante sus primeros dos años, pero después se tranquiliza. A veces demasiado. De hecho, esta raza tiene tendencia a sufrir obesidad, pues es muy golosa. Para evitar que tenga sobrepeso, es importante que pasemos tiempo con él, jugando. En el mercado encontrarás una gran variedad de juguetes, pero si quieres ahorrar un poco de dinero, haz agujeros a una caja más o menos grande (en la que pueda caber sin problema), y ya verás cómo disfruta.
Alimentación
Seguro que habrás escuchado alguna vez decir que »somos lo que comemos». Pues bien, con los gatos ocurre lo mismo. Cuanto más sana y natural sea su alimentación, mejor salud tendrá. Si le quieres dar pienso, es aconsejable leer los ingredientes, y asegurarse de que no lleva cereales ni derivados; por otra parte, si prefieres darle comida natural, ofrécele alitas o muslos de pollo sin hueso, vísceras y pescado hervidos.
Así tu gato tendrá una salud de hierro 🙂 .