Cómo criar a un perro con un gato

Dos amigos: un perro y un gato

Que perros y gatos no pueden llevarse bien es un mito. Es cierto que, sobretodo si los primeros son o van a ser grandes, hay que vigilarlos muchos para que no hagan daño a los felinos, pero también hay que estar pendientes de los segundos puesto que no sería la primera vez que ocurre un accidente.

Pero precisamente para evitar problemas te voy a dar varios consejos sobre cómo criar a un perro con un gato. Así, te será mucho más fácil tener a estos dos peluditos en casa.

Adóptalos siendo cachorros

Siempre que sea posible, hay que llevarlos a casa siendo cachorritos, ya que será cuando menos les cueste adaptarse y acostumbrarse a la presencia del otro. Además, como serán tan jóvenes, podrán hacerse amigos durante los primeros días que convivan, puesto que nadie les ha enseñado a mantenerse alertas ante un perro o gato, de modo que no se verán como una amenaza.

Tenlos separados si es necesario

Si no nos termina de convencer mucho lo comentado arriba, ya sea porque hace tiempo que convivimos con un peludo y no sabemos cómo reaccionará o porque uno de los dos nos han dicho que es nervioso por naturaleza, podemos tenerlos separados unos días (no más de 4). Llevaremos a uno de los dos a una habitación con agua, comida, cama y un arenero. Cubrimos ambas camas (la del animal que se haya quedado encerrado y la del que se haya quedado libre) con una manta que iremos intercambiando a partir del segundo día.

Al tercer o cuarto día los reuniremos y veremos qué tal van. Si gruñen, se les eriza el pelo, y/o están muy tensos o agresivos, los mantendremos un día más separados. En caso de duda deberemos de consultar con un etólogo canino y/o felino.

No los dejes solos

El perro, aunque sea pequeño, tiene una mandíbula más fuerte que la del gato; pero éste tiene unas garras con las que puede hacer también mucho daño. Para evitar problemas siempre es importante que haya un humano adulto con ellos, el cual debe de interactuar con ambos: jugar con ellos con un juguete, dándoles cariño al mismo tiempo, y en definitiva procurando que estén bien.

Utiliza sus olores

Cuando convivimos con dos animales de dos razas tan distintas, hay que aprovecharse de algo que tengan en común para que se lleven bien lo antes posible, que en este caso es guiarse por el olor corporal, por las feromonas. Las feromonas son las que le indican al otro peludo que ese perro o ese gato se siente tenso, feliz, relajado.

Cada especie animal tiene las suyas propias, pero hay algunas que son muy similares: como la de la tranquilidad. Por eso, cuando estén muy relajados es muy aconsejable acariciar a uno, después al otro y volver al primero. Haciéndolo así cada día llegará un momento en que el olor corporal del gato se mezclara con el del perro originando así un nuevo olor: el que les diga que son amigos.

Un gatito siamés con un perro durmiendo

Esperamos que estos consejos te hayan servido. 🙂


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