¿Cómo ayudar a los gatos ferales?

Gatos callejeros

Los gatos que viven apartados de los humanos tienen serias dificultades para poder subsistir. Cada día y cada noche suponen un desafío que puede poner fin a sus vidas, independientemente de la edad que tengan. Por eso, es necesario tomar algunas medidas para que puedan, al menos, tener algo con que llenar su estómago.

Pero, ¿cuáles son esas medidas? Si quieres saber cómo ayudar a los gatos ferales, o a los callejeros en general, te recomiendo que tengas en cuenta lo siguiente.

Consulta la normativa y leyes vigentes

He aquí uno de los principales retos a los que se enfrentan los voluntarios: las leyes. En España, uno de los países donde más se abandona (se estima que en torno a 200.000 perros y gatos acaban en las calles y/o refugios cada año) y se maltrata a los animales (sobre los 60.000, según informa este artículo publicado en el portal Abogacía Española), existe una ley que no protege a aquellos que viven en estado salvaje: el artículo 337.4. Dicho artículo castiga el maltrato a los animales, pero solo a los domésticos y/o amansados.

¿Es un gato feral un gato doméstico? Si buscamos la definición de doméstico en cualquier diccionario podemos leer algo como esto:

Son animales que pueden llegar a convivir con las personas, e incluso vivir en sus casas.

El gato feral a menudo se considera un animal salvaje, porque no se ha criado con las personas y, de hecho, puede llegar a tenerles mucho miedo. Sin embargo, no sería nada raro que ese mismo felino cogiera confianza a aquel humano que le lleva de comer, y/o que más tarde o más temprano se acercase a él, o que incluso se dejara acariciar.

¿De verdad este es un animal salvaje? Cuando pienso en los animales salvajes me vienen a la mente aquellos que viven en su hábitat natural: tigres en la selva de Sumatra, delfines en los océanos, elefantes en la sabana africana. Cualquiera de ellos podría acabar con la vida del ser humano en un instante, porque no son animales que puedas domesticar (a menos que, como dijo el famoso Frank Cuesta, les rompas el alma, utilizando el miedo como método de ‘adiestramiento’).

Pero la realidad, se impone. Siempre lo hace. Y nos guste o no, en muchos pueblos y ciudades de España te pueden multar por dar de comer a los gatos que viven en las calles. Por fortuna, poco a poco se van dando carnés, desde los propios ayuntamientos, que permiten a la persona que lo solicita alimentar a los animales de forma totalmente legal (algunos lugares donde ya se dan son Gijón, Madrid, o Cádiz). En otros pueblos, por ejemplo, no se dan carnés, pero sí se puede echarles de comer siempre que no sea en las vías públicas.

Proporciónales atención y cuidados

Gatos callejeros enfermos

Son ferales, animales de la calle, pero no pueden valerse por sí mismos. Para que eso fuera así, sería necesario que vivieran en su hábitat natural; es decir, en las granjas, praderas y campos abiertos, no en una ciudad ni pueblo donde el asfalto, el ruido y la contaminación son elementos comunes.

Por eso, es importante que si decides ayudar o hacerte cargo de una colonia felina, pienses muy bien si lo vas a hacer siempre o no. Ellos se irán acostumbrando a ti con el tiempo, a medida que vayan viéndote llegar con la comida. Es probable que incluso te dejen acariciarles en algunos momentos, cuando ya te tengan confianza.

Así, irás construyendo una relación de amistad con ellos. ¿Es lo que quieres? Si es así, debes saber que lo mejor es darles pienso seco, ya que de esta forma se reduce la suciedad. Además, especialmente durante el verano ese es un alimento que se mantiene intacto más tiempo, a diferencia del pienso húmedo el cual enseguida puede atraer moscas y otros insectos.

Evidentemente, también han de tener agua fresca y limpia, o al menos lo más limpia posible. Una idea sería ponerles bebederos repartidos por la zona, escondidos entre arbustos o en aquellos puntos menos accesibles para las personas. Si no tienen, les puedes hacer un refugio por ejemplo con transportines o incluso jaulas que ya no se utilicen, y colocarlos en lugares donde queden protegidos de la lluvia y el frío.

Por último y no menos importante, tendrás que proporcionarles, en la medida de lo posible, atención veterinaria siempre que sea necesario. Los gatos ferales aunque estén en la calle también han de ser vistos por un veterinario, ya que también ellos pueden enfermar. Además, con el fin de evitar que más gatitos nazcan en esas condiciones, hay que castrar a los adultos y llevarlos de nuevo al lugar donde viven. Esa es la única forma efectiva de controlar la población.

Los gatos ferales pueden ser unos increíbles compañeros, pero para ello requieren de algunos cuidados como hemos visto en este artículo.


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