El transportín es uno de esos objetos que al gato no le suele gustar nada. Y es que para él es una especie de jaula con la que los humanos se lo llevan a otro sitio donde no se lo bien y donde huele muy diferente: la clínica o el hospital veterinarios.
Sin embargo, no le queda otra que tratar de acostumbrarse. Pero debemos saber que no lo va a hacer si no le echamos una mano. La cuestión es, ¿cómo podemos ayudarle a ver el transportín con otros ojos?
Poco a poco y con mucha paciencia. Las prisas no son buenas para nadie, y menos para nuestro amigo de cuatro patas, quien no tolera ni un poquito el estrés. Por este motivo, no tenemos que cogerlo en brazos y meterlo directamente en el transportín, pues de hacerlo sólo conseguiríamos que lo asocie con nuestro nerviosismo, lo cual es negativo para él y, dicho sea de paso, también para nosotros.
Teniendo esto en cuenta, lo que debemos hacer es conseguir que vea ese objeto tipo jaula como un refugio en el cual puede sentirse seguro cada vez que sale de casa. Lograrlo no es una tarea muy sencilla, y menos cuando ya ha tenido algunas malas experiencias, pero no es imposible.
Para acostumbrarlo tocará empezar de cero, es decir, hacer como si acabásemos de comprar el transportín. Lo limpiaremos bien, a consciencia, y lo dejaremos en una habitación, en una zona visible y accesible para el gato, con la puerta abierta y con una manta. Lo más probable es que no quiera acercarse demasiado, así que lo que haremos será acariciarle a ambos lados de su hocico, y después pasar nuestra mano por el transportín y la mantita. Lo haremos varias veces durante algunos días, y seguro que así empieza a mostrar curiosidad.
¿Magia? No, para nada 🙂 . El gato produce feromonas a ambos lados del hocico. Cuando pasa rozando nuestras piernas o cualquier objeto, lo que está haciendo en realidad es dejar su olor (tienes más información sobre el marcaje felino en este artículo). Así, cuando le tocamos en esta zona e inmediatamente después pasamos nuestra mano por la manta por ejemplo, dejamos su olor en ella, lo cual servirá para »engañarle».
Para que sea más efectivo, te recomendamos pulverizar el transportín con Feliway, que es un producto que ayuda a los gatos a estar mucho más tranquilos. Así, poco a poco, se meterá dentro e incluso puede llegar a utilizarlo como cama. Enseguida que lo veamos más calmado, podremos empezar a cerrarle la puerta un tiempo que debemos ir alargando a medida que vayan pasando los días.
De esta manera, el peludo se sentirá a gusto durante los viajes 🙂 .