Si bien nuestro gato tiene la mejor vida que podría tener, puesto que le damos de comer, de beber, muchas sesiones de mimos y tratamos de que viva como un rey o una reina, aunque parezca mentira, él también tiene motivos para tener estrés.
Así pues, si necesitas saber con urgencia cómo calmar a un gato nervioso, no te pierdas este artículo.
Son muchos los motivos por los cuales tu gato puede sentirse incómodo: desde una visita inesperada hasta el sonido de una tormenta. ¿Qué hacer en estos casos? Lo primero y más importante: mantener la calma y ser pacientes. No se recomienda cogerlo en brazos y tratar de calmarlo con palabras, y menos si vemos que se está poniendo tenso, es decir, si gruñe o bufa, ya que de esta manera sólo conseguiríamos complicar la situación. Lo que sí se puede hacer es ponerle música suave, tranquila, como la música clásica, con el volumen bajo.
Otra de las cosas que se pueden hacer, si el gato es joven, es tratar de que dedique un tiempo -aunque sean unos minutos- a estar con las visitas. Pide a las personas que vengan a visitarte que le den a tu peludo una golosina para gatos o un juguete; así pronto las aceptará y, en próximas ocasiones, no se esconderá debajo de la cama intentando huir.
También es muy importante protegerlo de los ruidos, especialmente de los fuegos artificiales o de las tormentas eléctricas. Los gatos tienen unos oídos mucho más sensibles que los nuestros, hasta el punto de que son capaces de oír el sonido de un ratón a 7m de distancia, por lo que en los días que se produzcan sonidos fuertes, hay que llevar al gato a una habitación, cerrar las cortinas, y encender la radio o la televisión para que deje de sentir los sonidos que tan poco le gustan.
El truco para calmar a un gato nervioso está en proporcionarle un lugar tranquilo y seguro donde pueda ir cada vez que se sienta un poco tenso. Ánimo.
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