Cuando decides ampliar tu familia felina, surgen desafíos que no siempre son fáciles de gestionar. Uno de los problemas más comunes es el acoso entre gatos, especialmente cuando no se han seguido las pautas adecuadas de socialización. Este comportamiento, que no debe confundirse con el juego, puede convertirse en un conflicto grave que afecta el bienestar de ambos gatos.
El acosador puede mostrar una vigilancia constante sobre el otro, mientras que el acosado vive en un estado de miedo, lo que puede derivar en problemas emocionales y físicos. Aprender a identificar las señales de acoso y tomar medidas efectivas es clave para restablecer la paz en el hogar.
Señales para diferenciar al acosador y al acosado
Comprender el comportamiento de cada gato te permitirá tomar las medidas necesarias para solucionar el problema. A continuación, te explicamos cómo identificar las características principales:
- Gato acosador: Este gato suele ser más fuerte y dominante. Suele marcar territorio mediante feromonas, bufidos y gruñidos. Además, persigue al otro y puede llegar a pelearse con él.
- Gato acosado: Presenta síntomas de inseguridad, come rápido y trata de esquivar al acosador continuamente. Puede incluso evitar usar la bandeja de arena por miedo.
Plan de acción para resolver el acoso
Antes de implementar estrategias específicas, es fundamental retroceder al punto de partida y reiniciar el proceso como si fuera el primer día en el que el gato nuevo llegó a casa. A continuación, presentamos un plan estructurado basado en las mejores prácticas:
Separación inicial
Aísla al gato acosado en una habitación con sus necesidades básicas: comida, agua, cama y bandeja. Esto le permitirá sentirse seguro y ganar confianza.
Intercambio de olores
Después del primer día, intercambia las camas o mantas de ambos gatos para que comiencen a reconocer y tolerar el olor del otro. Este proceso debe durar al menos una semana.
Primer contacto visual
Coloca a los gatos en habitaciones separadas pero con una barrera por medio, como una puerta de malla o transportines enfrentados. Esto permite contactos visuales sin riesgo físico. Además, utiliza difusores de feromonas como Feliway para reducir la tensión.
Tiempo sin barreras
Si el contacto visual se desarrolla sin incidentes, quita la barrera y permite que interactúen bajo vigilancia. Asegúrate de que ambos gatos tengan acceso a múltiples recursos (comedores, bebederos, bandejas) para evitar conflictos.
La importancia del espacio y los recursos
Un factor clave para evitar el acoso es garantizar que ambos gatos tengan acceso a espacios y recursos individuales:
- Proporciona múltiples bandejas de arena ubicadas en diferentes zonas.
- Ofrece varios comederos y bebederos para evitar competencia por la comida.
- Instala rascadores y zonas de descanso en lugares estratégicos.
Rol del propietario en el proceso
El comportamiento humano también influye notablemente en la resolución del acoso:
- Evita reforzar el comportamiento del acosador: No le des atención extra ni premios cuando muestra conductas negativas.
- Premia el comportamiento adecuado: Cuando ambos gatos se muestren tranquilos en presencia del otro, recompénsalos con premios o palabras de ánimo.
- Desvía la atención del acosador: Usa juguetes interactivos para redirigir su energía hacia actividades positivas.
Cuando buscar ayuda profesional
Si los intentos no muestran mejoras, es hora de contactar a un especialista en comportamiento felino. Un etólogo puede identificar factores subyacentes y diseñar un plan personalizado. En casos extremos, podría ser necesario recurrir a medicamentos ansiolíticos bajo supervisión veterinaria.
Con el tiempo y la paciencia, es posible restaurar la armonía en tu hogar y permitir que tus gatos vivan en un ambiente equilibrado y feliz. La clave está en la observación detallada y la implementación de estrategias efectivas que respondan a las necesidades de cada gato.